Problemas de límites
Mira
tú que llevamos años con la raya esa que separa los concejos de San
Martín del Rey Aurelio y Langreo, hasta tal punto que los del
Carbayal ya no saben si comer les cebolles rellenes en El Entrego o
los callos en Ciañu. Y como los de esi pueblu los de algunos más.
El casu ye que los de arriba del Nalón pinten la raya por un láo y
métense por los de la parte bajo del río, que la pinten por otru y
se meten por la parte de los de arriba, pa que luego llegue el
Instituto Geográfico y diga que la raya va por otru trazáo y pa
que, en definitiva, tenga que hacer de juez la Consejería de
Ordenación del Territorio. ¡Pues que organicen, hostia!, porque si
no, los d’ún láo y los del otru van a empezar a tirar de la
recortá y v’armase la de dios es cristo. Antes estes coses
haciénse con mojones, fiensos, o con un simple matu, como con los
praos sin estaqueres. Y eren coses de paisanos, de vecinos que se
llevaben bien y ayudábense a la yerba y eses faenes. Pero ahora ye
cosa de ayuntamientos, institutos y consejeríes. ¡Hay que jodese! Y
hay un contencioso de la virgen por la puta raya esa. Pero bueno, si
al fin y al cabu, somos de la Mancomunidá esa -que tovía no se pa
qué sirve, además de pa aprender a tocar la flauta (de Bartolo)-,
¿por qué no nos llevamos bien y echamos pelillos a la mar? Duke diz
que lo mismo da que la raya tire por un láo que por otru, porque a
les primeres de cambiu vamos tener un ayuntamientu únicu, p’ahorrar
viruta, y van quitar to les rayes. Hasta les de les carreteres. Los
burros por la derecha y los asnos por la izquierda, y sín arcén. Al
final tóos xuntos.
Siempre
hubo muchos problemas con estas cosas de los deslindes, aquí y en
toda tierra de garbanzos. Fue, y es, un tema que dio lugar a
desavenencias familiares, juicios sobre herencias y testamentarías,
y algún que otro fenecido en las disputas. Ahí está lo de Puerto
Urraco y algunos desgraciados ejemplos más. Si descabezar es quitar
la cabeza y el desescombro consiste en quitar los cascotes y
porquerías procedentes de una demolición, dice Duke que por qué
“Deslindar” no es quitar las lindes. Luego el problema de estos
dos concejos, hermanos y vecinos, es una cuestión meramente
etimológica. Lo que hay que hacer es poner lindes, no quitarlos. Ya
veo yo a los de obras de ambas corporaciones con la cinta métrica y
el topógrafo poniendo regodones en medio el monte pa señalar
quiénes comen callos y quienes cebollas rellenes.
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