ISLAMOFOBIA

Terrorismo en la Red

Una nueva atrocidad de los locos asesinos siembra de cadáveres la capital de Europa y lleva la alarma al resto de ciudades. Los gabinetes de crisis se reúnen para emitir los comunicados de siempre, mientras las redacciones de los periódicos y otros medios de comunicación echan humo y algunos periodistas sacan “la lengua a pacer”, como decimos aquí, para aportar sus brillantes opiniones al respecto. Esos que son expertos en todo lo que se les ponga por delante, igual da que sea política que economía que física cuántica. Ellos lo saben todo. Igual que una gran mayoría de usuarios de las redes sociales que las han incendiado ante una errónea noticia publicada por un diario digital que anunció la detención del terrorista huido, al tiempo que le adjudicaba la autoría intelectual de los atentados de Bruselas y París. Tardaron algo más de una hora en rectificar pero, mientras tanto, se desató en la red el odio más atroz que he contemplado en mi vida. Expresiones como “un tiro entre las cejas, ya”, “que le dejen unas horas entre los familiares de las víctimas”, “que le torturen hasta que cante”…, son algunas de las más leves entre todas las barbaridades que leí. Luego, alguien decía que “le habrán detenido estando en compañía de algún miembro de Podemos”, soltando su odio contra terroristas y ciertas formaciones políticas. Y es que las posibilidades que da la tecnología para que los mayores ignorantes e imbéciles viertan su odio y escriban lo primero que se les viene a su descerebrada cabeza son las mismas que darle un kalashnikov a un yihadista. Vacían el cargador sin saber contra quiénes lo hacen.

“Este odio que destilan los comentarios que leo es el que alimenta a los asesinos. La justicia se ocupará de él, que para eso está. Lo demás sobra, incluida la ley del talión”, dije en la página digital ante tanta locura. Y se desataron los comentarios contra mi intervención hasta el punto de que creí que acabarían mandando un sicario para quitarme de en medio. “Eso nos haría retroceder siglos y situarnos donde los asesinos: en la sinrazón. Muchos de vosotros serías extraordinarios investigadores o magistrados”, concluí. Luego, abandoné el chat para dejar de leer barbaridades de quienes, de por sí, engendran la violencia.