Avelino Fernández Suárez |
AVELINO
FERNÁNDEZ Y LA GRAN HISTORIA DE “SALA OSCURA”, 20 años de cine
en Langreo
Conozco
desde hace años a Avelino. Además de ser de mi edad, compartimos
gustos, sidra y alguna que otra amistad. Es ésta una ocasión en que
quería hablar de Cine, en el más amplio sentido de la palabra, y lo
voy a hacer a través de las palabras de este profesor de Física y
Química en uno de los más reputados colegios asturianos, también a
través de sus vivencias y, sobre todo, de sus enormes conocimientos
sobre el séptimo arte. Él les habla:
LOS
INICIOS Y EL ARÉA DE IMAGEN
Llevo
muchísimos años metido en muchas cosas siempre con el ánimo de
defender la cultura participativa. El tema va por el rescate de
memorias culturales. Mi vinculación con el cine, después de algunos
vaivenes, viene desde que era un crío en el Cine Victoria de Sama
donde recibo una formación cinéfila de primer orden, cosa de la que
no me estaba enterando. Efectivamente, no sabía el alcance de lo que
estaba viendo. Veía unas películas muy buenas y, con los años, me
di cuenta de que aquello lo había visto en el Victoria. Estaba
hablando de Ford, de Hitchcock, de Gigante –la
última de James
Dean-…, aparte de los tarzanes, de los dibujos animados de Tom y
Jerry, del cine español…, todo lo había visto en el Victoria. Era
como el punto de encuentro con los programas dobles de las cuatro de
la tarde de los domingos. Hasta que inauguraron el Cine Felgueroso
con unos medios, unas butacas…, algo que nos deslumbraba y todo el
cine de estreno. Con mi padre comencé a ver cosas muy buenas, las
que por su clasificación podía ver. Esta formación va creciendo y
cuando me hago universitario voy a Oviedo al Palladium y, a pesar de
los grandes fiascos que nos metieron, la verdad es que vimos
auténticas obras maestras y mucho rescate de cine muy interesante.
Mientras hacía la carrera seguía yendo al cine en Langreo, pero
aquí se estrenaba ocho o diez meses después. En Langreo el cine va
languideciendo, aunque yo sigo con el gusanillo dentro, hasta que
llega un momento clave en la segunda corporación democrática del
Ayuntamiento. Me llaman para fundar el Área de Imagen. Estaba
gobernando Aladino y hay dos personas a las que tengo mucho que
agradecer que son Alberto Vega y Aida Fuentes que eran los animadores
culturales de aquella corporación. Estas personas, que ya son
grandes personajes en la vida cultural langreana, hacían cosas de
plástica, poesía… Pero el Área de Imagen va a ir relacionada con
el cine. Es cuando empieza a aparecer el vídeo. Allí se compró el
primer vídeo para un Ayuntamiento asturiano. Me acuerdo de una
cámara Sony de 8 mm. fabulosa. Con eso empecé a hacer filmaciones,
archivo documental, y cursos de formación a la gente. Exposiciones
de imagen, actores, programas de cine… Empezamos a colaborar con
otras áreas como la de plástica en concursos de Cómic que llevaba
Helios Pandiella. Se filmaban las exposiciones que se presentaban.
Cuando el Área va creciendo nos venimos al nuevo Centro Cultural en
las Escuelas Dorado donde crecemos en ciclos, en exposiciones…
Recuerdo que, sin haber sido estrenada en Langreo, proyectamos “La
Guerra de las Galaxias” y aparecieron por allí como seiscientos
críos que hasta rompieron la puerta. Llegó un momento en que
decidimos comenzar a filmar cosas propias, hacer una película sobre
“La fiesta de las sombras”, un cuento de Alberto Piquero.
Preparamos el guión y lo mandamos a un concurso del Principado y
conseguimos una subvención de quinientas mil pesetas que nos dio
para el alquiler del equipo y material. Nos llevó un año, la
estrenamos en Sama y rodó por toda España. Fue un ejercicio de
estilo, en ella pusimos todo lo que habíamos aprendido.
Miembros de Sala Oscura |
SALA
OSCURA Y UN LARGO PASEO POR FESTEJOS DE SANTIAGO
Ya
estoy ejerciendo mi labor docente y no tengo tiempo para continuar en
esto, cuando el Ayuntamiento decide sacar a concurso la plaza del
Área de Imagen. En ese momento me tengo que retirar, pero el gusano
queda ahí, cuando me llaman para formar una tertulia
cinematográfica. El 20 de marzo de hace veinte años se fundó SALA
OSCURA que inició otro tipo de
colaboración con la cultura langreana. Y creamos una tertulia donde
empezamos a hacer exhibición de películas y debate. Comentarios,
publicaciones, más cursos de vídeo, colaboraciones con otras
entidades, asesoramientos y demás. Empieza a crecer y puedo decir
que en veinte años no fallamos ningún martes. Al tiempo me llama la
Sociedad de Festejos de Santiago para un proyecto que me gustaba.
Paso a formar parte como vocal de su directiva para una faceta
cultural, los porfolios…, casi siempre arrimando el ascua a mi
sardina que era el cine. Allí estuve siete años, siempre como
vocal, y colaboré en la elaboración del libro del centenario. Fui
uno de los culpables de que Victor Manuel viniera a Sama. Hicimos una
publicación sobre “La Mina en el Cine” que tuvo un éxito
brutal: publicación, libro, siete películas sobre el tema minero.
Con Antonio Merino publiqué un diccionario sobre cine y mina.
Hicimos una recopilación que nos costó mucho trabajo. Ya había
tenido otra experiencia en otro libro que era “Langreo en la
historia del cine” en el año 96. Sin embargo, aunque entré para
temas culturales, en Santiago hice de todo, desde poner y quitar
vallas para los entibadores, hasta filmar el acto del
“chupinazu”
o algo como cobrar las terrazas en la fiesta, que en algún momento
me dio más de un disgusto y anécdotas desagradables. Aunque hubo
satisfacciones, llegó un momento en que me pregunté qué hacía yo
allí. Luché y trabajé con ímpetu hasta el centenario y lo dejé.
Desde que entré hasta que salí, siempre estuve con Vicente
Fernández. Fue un Presidente estupendo para las Fiestas de Santiago,
una persona muy seria, por eso me mantuve siete años. Nunca había
abandonado la tertulia y me volqué con ella. Sala Oscura nunca fue
un círculo cerrado. Hay unos socios fundadores que somos los que nos
mantenemos. Tengo que decir que si no hubiera llegado Miguel Ramos
(q.e.p.d.) no hubiéramos durado tanto tiempo. Era una persona muy
inteligente que nos marcó muchísimo. Cinéfilo de pro, yo creo que
hubiera acabado siendo un gran guionista, incluso a nivel
profesional. Éramos cuatro motores y Miguel era uno de ellos. Cuando
el 4 de diciembre de 2007, inesperadamente, muere Miguel estuvimos a
punto de desaparecer, pero Inma, su mujer, fue la que nos pidió
continuidad, y así lo hicimos. Nos encargaron la sesión de los
jueves en el Nuevo Teatro de La Felguera y allí hicimos ciclos de
Lubitsch, Wallace y también “Lo que Langreo no ve”, cine social,
encuentroautores, actuando como filmoteca, y rescatando todo tipo de
cine con una programación bastante variada. Dimos el salto y en Sama
comenzamos a hacer ciclos. El inicicio, uno de Greta Garbo en su
etapa sonora; hicimos otro de Cine Mudo que, por cierto, alucinábamos
cuando veíamos a treinta o cuarenta personas en aquellas sesiones de
mudo. Después de otro de cine español, arriesgamos aún más e
hicimos otro ciclo que fue la etapa inglesa de Hitchcock, un cine
durísimo que hoy día incluso está desfasado. De ahí elaboramos un
boletín especial y, todo ello, tuvo un éxito apabullante.
LOS
CICLOS Y EL NUEVO CINE FELGUEROSO
Es
el punto de inflexión, cuando se terminan las obras del Nuevo Cine
Felgueroso y pasamos a él desde la Casa de la Cultura. Viendo la
labor que estábamos llevando a cabo, el Ayuntamiento nos cede allí
un local y ahí continuamos con los ciclos. Seguimos la programación
con un ciclo del western de los 50, el mejor ciclo que puso Sala
Oscura, iniciándolo con “Horizontes de Grandeza” de William
Wyler, película que había inaugurado el cine en el año 1959, un 4
de diciembre, curiosamente la misma fecha del fallecimiento de
nuestro querido amigo y compañero Miguel Ramos. Y es precisamente
cuando estamos en ese ciclo cuando muere Miguel.
Lo
que iba a ser un trabajo sobre los ciclos se convirtió en el libro
que tienes en tus manos: “CINE
FELGUEOSO: 50 AÑOS DE CINE EN LANGREO”.
Había tantas cosas, tantos recuerdos y material que empecé a tirar
y a tirar y después de más de un año logró ver la luz en 2009. Lo
hice un poco autobiográfico porque considero que como mejor se
pueden hacer las cosas es con los propios recuerdos. Hay muchas cosas
vividas y recordadas, de referencia, investigadas…, incluso hay
omisiones de las que me doy cuenta pasado el tiempo. De todas formas
es un libro completo que gustaría tener a cualquier cinéfilo. Ahora
estoy con un nuevo trabajo sobre el cine iberoamericano. Sala Oscura
también hará un ciclo sobre ello. Hacer estas cosas supone mucho
estudio e investigación. Necesitas una biblioteca, comprar libros y
estudiarlos. Yo tengo más de quinientos y otros tantos vinilos con
bandas sonoras. Mi idea, también de Miguel, era crear una biblioteca
para Sala Oscura. Te lleva mucho, mucho tiempo y mucho esfuerzo y
dinero.
LAS
OPINIONES PERSONALES
Durante
más de una hora hemos estado conversando sobre todas estas
cuestiones relativas al cine. He obviado mis intervenciones con
objeto de dar más espacio, dentro del poco de que disponemos, a
nuestro protagonista. Pero no podíamos terminar nuestra conversación
sin que le pregunte sobre algo que seguro todos querrán saber:
El
cine de ahora es técnica, pero es cine, no nos confundamos. Lo de
los medios como la informática
forma parte de esto. Cuando ves el
producto final, sabiendo cómo se hizo, quedas maravillado. Es el
caso de “La Guerra de las Galaxias”, hace 20 años, o ahora
“Avatar”. No sé lo que pasará cuando se estrene “Alicia…”
de Tim Burton en 3D, será épico. Hacer una gran película es tener
algo que contar, una buena historia, buenos personajes…, un
principio, un desarrollo y un final. Eso va a seguir siendo así. En
estas cuencas podrían rodarse cientos de historias, hay material
para ello. Sin ir más allá, “El Señor de los anillos” podría
haberse rodado en Asturias perfectamente, tenemos mejores paisajes
que donde se hizo en Nueva Zelanda. Una película: Algo de Sergio
Leone, “Hasta que llegó su hora”. Un musical: No hay duda,
“Cantando bajo la lluvia” porque funciona a dos niveles, como
musical y como película de cine dentro del cine, y además es una
maravilla, funcionaría sin música. De cine negro: yo apostaría por
“Sed de mal” de Orsson Welles. Lo último mejor en cine: sin
pensarlo “Gran Torino” del que seguro será el más grande, Clint
Eastwood, no se si antes o después de John Ford. Una banda sonora
tiene que ser de Ennio Morricone, “Érase una vez en América” o
“La Missión”, cualquiera. Si no tiene que ser una de John
Williams, “E.T.” es una sinfonía total. La banda sonora tiene
que estar integrada en la película. Actriz, Marilyn Monroe y actor,
Cary Grant.
Cine,
cine, cine/más cine por favor/que todo en la vida es cine,/…que
todo en la vida es cine/… y los sueños, cine son. (Luis Eduardo
Aute)
Como
diría Bugs Bunny: “Esto
es todo, amigos”
Marcelino M. González
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