Los intereses de los independentistas
Cuál no sería mi asombro cuando el jueves pasado conecto la
radio y lo primero que oigo es una cuña publicitaria de la Generalitat de
Cataluña llamando a la tropa a ejercer el voto en las elecciones que se
acababan de convocar el lunes anterior para el 27-S. En Radio Nacional de
España, señores, la radio pública de los españoles. Supongo que también lo
habrán hecho en la televisión pública, dado que la publicidad institucional
tiene acceso gratuito. Esto me trae a la memoria una anécdota que me contó hace
poco un amigo relojero. Se trata de un señor a quien le murió su esposa y
confeccionando la esquela en la funeraria dijo: “Ponga usted, falleció Doña
Maripuri Puig Pujol. Funeral el 29 de febrero a las cinco”, y el empleado le
dice que el texto es corto, que si no quiere mencionar más datos como el nombre
de familiares y tal, lo habitual. Total le va a costar lo mismo. Y el catalán
le replica: “Bueno ponga también: Por cierre, se vende bodega de cava con diez
mil botellas, cosecha del 2015. Excelente bouquet”.
Y es que el gobierno catalán, con el president Mas a la
cabeza y los demás tras él, acostumbra en estos últimos años a hablar en clave
partidista. Intentando hacer valer sus propios intereses por encima de los
generales. Los intereses soberanistas de Convergencia, de Esquerra y de todos
los que se han juntado en esa amalgama de agrupaciones y de ideologías que ha
dado en denominarse como “Junts pel Si”, en un totum revolutum donde el
honorable figura en cuarta posición reservándose el privilegio de ocupar la
presidencia si es que acaban gobernando, cuando de ser así deberían de darle
una consejería todo lo más. Lo cierto es que, volviendo al principio, no es de
recibo que no queriendo saber nada con el resto de España, aprovechen los
medios públicos nacionales para hacer campaña en unas elecciones que cada vez
tienen más tinte plebiscitario. ¡Que se anuncien en Radio Sardañola o en la
tele del Ampurdá (o como se diga)! Sean consecuentes con lo que predican,
¡cagontot (o como se diga)! Pero no, son aprovechados y cicateros como aquella
familia de Ripollet que cuando sentía frío en invierno se acercaban a la estufa
y, si pese a ello, continuaban teniendo la tiritona, acababan por enchufarla
muy a su pesar. En fin que en poco más de un mes, Mas sabrá si acabará por
congelarse o no.
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