Procedimientos made in spain
Desde que surgió el actual brote de ébola en nuestro país
-autoinducido porque se importó con la repatriación de los dos misioneros ya
fallecidos- no dejamos de escuchar auténticas barbaridades acerca del modus
operandi de los implicados en la gestión de la crisis. De esos que tienen que
aplicar los procedimientos establecidos por quienes saben de esto. Los
protocolos que vienen establecidos desde la OMS para los países donde el brote
es más virulento y para todos, incluidos los españoles que debemos de pensar
que somos de otra galaxia, porque talmente parece que el gobierno español y el
de la Comunidad de Madrid saben más de esto que los expertos de la propia OMS.
Si no, ahí tienen la reunión del pasado viernes entre el Ministerio de Sanidad
y sus homólogos de las autonomías de esta nación de espabiláos que deciden de
forma unánime bajar el punto de alerta de la fiebre establecido por el
organismo internacional en 38,6º a 37,7º, a cuyo paso un dolor de muelas, de
oídos, incluso unos hemorroides van a sembrar el pánico en la población. Ahora
los protocolos serán más restringidos, se llamarán protoculos por aquello de
las almorranas y por aquello de quienes dirigen y gestionan todo este
desgraciado episodio.
Transcurridos cinco días desde el contagio de la auxiliar de
enfermería, Teresa Romero, desde el Consejero de sanidad en Madrid, que la
acusa de mentir y afirma que no sabía quitarse el traje protector, hasta la
propia Ministra del ramo, Ana Mato, pasando por un sinfín de personajillos
sindicaleros, políticos y sanitarios no han hecho más que desinformar y dar
opacidad al estado no solo de Teresa sino también de los posibles afectados
que, hasta el momento, están asintomáticos, como lo estaba el pobre Excalibur,
el perro de la auxiliar sacrificado cuando en ningún protocolo se establece que
estas mascotas puedan ser trasmisoras de la enfermedad. En fin que nos da toda
la impresión de que se dedican a pensar, hablar y actuar con el culo. Se
requieren los ceses inmediatos del Consejero madrileño y de la Ministro -que ya
debería de haber dimitido al verse suplantada por la Vicepresidenta en el
Comité de Crísis- para que empecemos a creer que, siendo el tema de tantísima
gravedad como lo es, los políticos se lo toman en serio. Para no permitir que
ciertos ineptos lo gestionen y sean los portavoces de la sanidad española.
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