domingo, 24 de enero de 2016

RAREZAS



Nuevos medios de pago



Ya hace algunos años que en una de mis columnas les hablaba de Finnegans Wake, la última novela, aún no interpretada de James Joyce. ¡A que vosotros no lo entendisteis!, pues yo tampoco. Igual que aquello que tenía tan preocupáu a Dimas Quirós de las SICAV, sociedades (colectivas, por supuesto) de inversión de capital variable en la que hay un montón de paisanos ricos metidos, pero sólo mandan uno o dos. Tampoco acabo de entenderlo, oiga. Pues resulta que ahora nos salen con lo de los “bitcoins” de los que van a poner un cajero en una gran superficie de Gijón. Esos cosos son dinero P2P de código abierto. ¡Hay que jodese! Una criptodivisa o moneda digital, descentralizada, es decir sin respaldo estatal alguno, inventada por Satoshi Nakamoto y que sirve para comprar y hacer transacciones en todo el mundo. Una moneda global y virtual que se trasmite por correo electrónico, y tal. Al cambio, unos 350 €. Lo dicho, sigo sin entendelo. Pa mí que el Finnegans esi de Yeinsyois tuvo algo que ver en el asuntu del japonés ilumináu. Tú imáginate que vas a comprar LA NUEVA ESPAÑA a esi hiper de la villa de Jovellanos y pa pagar saques la tarjeta Bitcoin. La amable empleada de la tienda pone una cara de esas de “nometomeselpelotío” y te dice que te dejes de bromas y que el periódicu cuesta 1,10 €. Tú le respondes que el Bitcoin es un medio de pago legal, aceptado en todo el mundo y todas esas cosas que os expliqué antes. Por favor, me da el cambio en euros, le dices. Y la ya menos amable expendedora de prensa coge tu tarjeta, la mira por anverso y reverso, y está poco menos que a punto de introducírtela por donde termina tu espalda, momento en que echas mano a la cartera y le das las monedas de verdad.
Y es que los inventos que inventan últimamente no hay dios que los entienda. Fíjate si ye verdá que en la mina de oro de Boinás pusieron una máquina de autovending, como les que expenden gusanitos y chocolatines, pa que los trabajadores saquen d’ella los autorrescatadores. Esto ye, el equipo de seguridá pa trabayar seguros. Acuérdate de aquello de “trabaja, pero seguro”. Pues en estes coses rares somos pioneros. Unes hácense en Oviedo y les otres en Mieres. ¡Vivir para ver!

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