Los que fueron y no son
El que fuera director del diario El País, Juan Luis Cebrián,
ha dejado caer una propuesta para dar un principio de solución a la irresoluble
situación que han arrojado las urnas el pasado 20D. La idea es que los
socialistas permitan que los populares formen
gobierno, pero sin Rajoy, que ya ha declinado pero sigue. Algo parecido
es lo que ha sostenido en estos últimos días el expresidente Felipe González,
sugiriendo, además, que se modifique la Ley Electoral de tal forma que los de
Podemos no puedan, o al menos que se les haga más difícil, porque estamos
asistiendo a unas maniobras orquestales de los de Pablo Iglesias que nos tienen
boquiabiertos. Como la de obtener cuatro grupos parlamentarios con sus propios
diputados y los de las marcas catalana, gallega y valenciana, de manera que con
más de la mitad de diputados menos que el P.P. obtendrían subvenciones poco
menores, y seguro que bastante más considerables que las de los socialistas.
Pero fue que no, porque eso era aprovecharse de los resquicios de la ley en
beneficio propio. Seguramente es a esto a lo que refería el de los bonsáis.
Ya, poco después de las elecciones, el también expresidente
Aznar había propuesto un Congreso entre los populares para cambiar la
dirección, olvidándose de que en los congresos del partido de la derecha nunca
existen más alternativas que la del Jefe. Ya saben, el Jefe siempre tiene
razón, si no se le da y en caso contrario se aplica la primera norma. Como no
podía ser de otra forma, cuando Chema propuso eso, Mariano le miró por encima
de las nuevas gafas como diciendo: “Bueno, macho, ¿y a mí quién me nombró a
dedo?”. Y es que los que alguna vez fueron algo, o mucho, o todo en la política
patria no se resisten a permanecer alejados de ella y dejar que sean los que
ahora están en la brecha quienes solucionen sus problemas. Los “ex” deberían de
dedicarse a dar conferencias por el mundo y a pagar las fantas. Cuando alguien
se entrometía en asuntos ajenos, dando sus sabios consejos, aquí se decía que
“Los de afuera que den tabaco”. Pues es lo que deberían de hacer estos tres.
Dar tabaco, pero sin liar.
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