jueves, 10 de diciembre de 2009

MIS PERSONAJES: PILAR CUETOS, viajera de la historia.





Profesora de Historia en la Universidad de Oviedo, casada con un abogado langreano y madre de dos hijos, viajera empedernida, contempladora del mundo, Pilar Cuetos me recibe en el despacho de su marido donde mantenemos esta agradable conversación, en ocasiones profunda y siempre distendida. Alegre y expresiva, muestra en su rostro sus muchas vivencias y su madura sabiduría.

- En alguna ocasión te he oído decir que, aunque nacida en San Martín del Rey Aurelio, te sientes también langreana. ¿Es eso cierto?
- Desde el punto de vista de los antropólogos se dice que hay gente que nunca deja de ser nómada, y yo lo soy desde que me crié. Nací en Sotrondio y viví allí, en Barredos, en Barcelona y en Oviedo, cuando me casé, aunque cuando nació mi primer hijo decidimos venir a Sama. Pensamos que era un sitio estupendo para vivir porque nos aportaba calidad de vida. En cualquier caso, me siento de la Cuenca.

- Cuando hablamos de calidad de vida, en lo que estoy de acuerdo contigo, el hecho de tener una población envejecida, ¿no resta algo de esa calidad, sobre todo pensando en la infancia y la juventud?.

- Sí. Los jóvenes y los niños son los grandes olvidados. Me parece muy triste que los chicos tengan que pagar entre todos un local dónde estar y reunirse para charlar, jugar al ordenador o escuchar música... No hay actividades para ellos y para los adolescentes no hay absolutamente nada, quitando alguna en centros deportivos. Esa preocupación por ellos sí la echo en falta porque, salvo irse por ahí a tomar una copa o al centro comercial a jugar a los bolos, no tienen nada que hacer. Hay que darles una alternativa de ocio, e incluso para estudiar. En épocas de exámenes las bibliotecas en Oviedo y en Gijón no cierran, aquí lo hacen a las doce. Igual había que hacer un esfuerzo, hay muchos prejubilados que podrían turnarse en estas cuestiones.

- ¿Qué es lo que te impulsó a estudiar Historia?.

- Mi padre era un gran aficionado a la historia y los fines de semana en familia consistían en ir a ver cosas. Cuando ya teníamos una edad, cuando fuimos a vivir a Barcelona, todos los fines de semana salíamos a ver cosas, y yo lo disfrutaba. Recuerdo los paseos por las ruinas romanas de Tarraco, eso me divertía. Aunque la recomendación era que estudiara algo mas práctico como Derecho, por ejemplo, algo que tuviera mas salidas, me dejaron estudiar lo que me pareció, y a mí esto siempre me interesó muchísimo, sobre todo porque me parece una cosa práctica, siempre fuí muy curiosa y la historia me contestó muchas preguntas. Dicen los psicólogos que los que investigamos no pasamos de la edad mental de tres años. Los niños a esa edad siempre están con el “¿por qué?” a cuestas. La historia explica ese “¿por qué?”, la historia y la física. He elegido la historia pero quizás en esa debilidad por la física se encuentre la explicación a que me haya inclinado por la Historia del Arte y por la Arquitectura.

- Ya que hablas de física, ¿entiendes la Teoría de la Relatividad?

- Siempre me fascinó. Yo de Einstein leí hasta sus textos, sus comentarios sobre el mundo. En teoría está todo muy claro, yo siempre digo que los físicos son los nuevos teólogos porque hay muchas cosas que teóricamente serían posibles pero que no hemos podido probar, ésta es una de ellas. Ya me gustaría a mí que pudiéramos plegar el espacio-tiempo, como dicen en las novelas de ciencia-ficción, y poder manejar el tiempo para ver, desde un agujero, que es lo que pasó.

- Dicen que ya es posible viajar al futuro. Aunque aún falta el dinero y la decisión política, la técnica ya está diseñada...

- Sí, lo de desarmar y rearmar las moléculas. Sí, leí algo de eso, es interesantísimo. No sé si me interesa tanto el futuro como el pasado. Yo pienso que en el pasado están las respuestas del futuro. Hay veces que, viendo alguna cosa que sucede, pienso que la gente no se da cuenta de que eso ya pasó con anterioridad.

- Entonces, ¿crees que la historia es cíclica?

- Cíclica no, pero sí que tendemos a cometer errores similares o a vivir situaciones similares. Por ejemplo, nosotros sabemos que el Imperio Romano no cayó de repente, que hubo un movimiento de integración porque todos los pueblos querían formar parte de Roma, y eso es lo que ahora estamos viviendo. Todo el mundo, hasta en el último rincón de la Patagonia, tiene una antena parabólica y ve lo bien que vivimos, y entonces todo el mundo quiere nuestro modo de vida porque somos unos auténticos privilegiados. Así es que, hoy día, el mundo entero está de procesión de un sitio para otro, es impresionante.

- ¿Tu crees que el haber estudiado latín y griego es fundamental para entender la historia actual?.

- Yo creo que sí, incluso para entender las cosas cotidianas. Yo me encuentro con que mis alumnos no entienden muchísimas palabras, echo de menos una formación mas humanística. Mis alumnos llegan a primero desconociendo muchas cosas, y no es culpa de ellos sino de un sistema, y es algo que me preocupa en un país, como el nuestro, que está a la cabeza de Europa en fracaso escolar. Algo estamos haciendo mal. Lo que no es normal es que siendo un país rico, como lo somos, con una cultura increíble, haya cantidad de chavales que no llegan a terminar una formación básica. Hay un problema muy serio, que creo que no acabamos de resolver, que es ponernos de acuerdo en qué es lo que debe ser prioritario en la enseñanza. La enseñanza no puede ser moneda de cambio político, y hasta ahora lo está siendo.

- ¿Hay desinterés en la juventud?, ¿necesitaría mas orientación de los padres?

- Hoy los niños se crían muy solos y, curiosamente, se dice que es porque los padres ahora trabajamos mucho y nunca estamos en casa. El problema no es ése, no es la cantidad de tiempo, yo creo que es la calidad del tiempo y las prioridades de la gente. Yo reconozco que mi carrera académica fue mas lenta mientras mis hijos eran más pequeños, me parecía normal, pero es que también mi marido les dedicó mas tiempo cuando eran pequeños. Los abuelos son también un referente para eso y me parece buenísimo. Yo creo que ahora no se está con los hijos, tú no puedes estar tomando una cerveza mientras el niño está solo en casa con la maquinita. Yo creo que fuera la gente es consciente de que hay unos años que deben de dedicar a sus hijos.

- Estoy de acuerdo, ahora incluso las familias comen separadas...

- Y luego están las casas-hotel, donde los chicos tienen su habitación con su tele, su ordenador y su equipo de música. La gente llega y se mete en su cubil y en muchos casos no se ven
a lo largo del día. Hemos adquirido unos hábitos que son rarísimos. Yo no se si es porque los españoles nos hicimos ricos en poco tiempo y se nos ha subido un poco a la cabeza.
- Ahora que estamos en esta crisis globalizada, con restricción del crédito, ¿tu crees que la gente volverá a vivir a los pueblos?, ¿retornaremos a una economía, por decirlo de algún modo, mas agraria?.

- Eso sería estupendo, sí que sería calidad de vida. Según los expertos a eso vamos, ahora estamos en un modelo que es aglomerarnos todos en muy poco espacio y creo que volveremos a un tipo de sociedad en que desaceleraremos también eso y volveremos a vivir de otra manera. Hoy ya hay muchos trabajos que pueden hacerse desde casa, y eso me parece importante, y creo que llegará el momento en que tendremos que elegir y plantearnos que será mas práctico, y nos hará mas felices, vivir en un sitio donde trabajemos menos horas, perdamos menos tiempo en ir al trabajo, y disfrutemos realmente de lo que estamos ganando. Yo no me cambio por mis compañeros de la Universidad Autónoma de Madrid, creo que se volverá al pueblo y se intentará buscarse la vida en él.

- ¿Aprenderemos algo de esta situación?. ¿Crees que volveremos a tener la vida que tuvimos estas últimas décadas?.

- Deberíamos de aprender. Primero deberían de hacerlo quienes llevan la estructura económica, para no volver a armarla, aunque no me fío mucho. Que esto no podía seguir así lo decían hasta nuestros abuelos, y no eran economistas. Vamos a tener que aprender porque no va a poder sostenerse el despilfarro que estábamos manteniendo. No entiendo cómo hemos podido estar tan obcecados de pensar en que ésto podía seguir así indefinidamente. En Francia la gente sigue alquilando casas, en Alemania también, y la gente cambia menos de coche que nosotros, aprovechan las cosas viejas, los mercadillos funcionan y la gente lo recicla todo. Esa austeridad la mantienen bastante, con la ropa son menos exhibicionistas que nosotros. Aquí se nos fue de las manos y no sé si vamos a aprender. Lo de España no tiene parangón fuera, fuera la gente no tiene este nivel de consumismo.

- Cambiemos de tema. ¿Qué te parecería el Ayuntamiento único?, aquí, en el Caudal y en algunas comarcas más en Asturias.

- Lo lógico es funcionar de una manera racional, eficiente y lo mas económica posible. Un ayuntamiento único sería racional, eficiente y económico, independientemente de que luego haya cosas que tengan que estar cerca de los ciudadanos, pero eso me lo planteo con todas las administraciones. Duplicar administraciones me parece perder lamentablemente el dinero Un ayuntamiento único me parece estupendo. A lo mejor tiene que haber instalaciones mas pequeñitas pero que estén mas cerca de los ciudadanos en lugar de grandes instalaciones y duplicadas, es lo que pasa con los grandes centros comerciales...

- ¿Cómo es posible que hayan proliferado de esta forma y acudamos a cualquiera de ellos y estén saturados de gente?

- Porque es el ocio. Los ciudadanos romanos iban al Foro, al circo, y ahora la gente va al fútbol o al centro comercial. ¿Por qué ahora la gente quiere que les habran los centros comerciales en festivos y hasta las cinco de la mañana?..., porque es la cultura de ocio que tenemos. Es un modelo muy americano, en Estados Unidos la gente sale de su casa, en muchos casos no conoce ni al vecino, y van a pasar el fin de semana en el centro comercial. Aquí pasa lo mismo, la mayoría de la gente va allí a pasar el tiempo y nuestros chavales, antes de aprender otra cosa, aprenden a ir al centro comercial el fin de semana. Eso me pone los pelos de punta, están aprendiendo que disfrutar es ir a comprar.

- Y entonces, ¿qué va a ser del comercio de proximidad?

- Me preocupa mucho porque vamos a tener que acabar yendo a comprar la cebolla que se nos olvide a Alcampo y yo no sé si la gente es consciente de la calidad de vida que estamos perdiendo con eso. Hay cosas que ya no pueden comprarse en este comercio y la gente lo arregla yéndose al “chinapeople”, como dicen los latinoamericanos (que me encanta la expresión), a los chinos a comprar un producto de baja calidad. Ahora no valoramos la calidad de los productos que van a durar, y en el comercio de proximidad es donde vas a comprar esas cosas que tienen calidad y la vocación de durar.

- Volvamos a tí. A parte de la historia y de vijar, ¿cuáles son tus aficiones?

- Dedico muchísimo tiempo a leer, a viajar..., y a preparar los viajes. Soy una lectora empedernida desde muy pequeña. Me gusta muchísimo pasear, salir con los amigos, mis hijos, charlar..., y ver cosas nuevas. No soy nada de sofá y tele, eso no. Y me gusta mucho moverme por internet, es una válvula de escape.

- Habiendo viajado tanto, quizás sea una obviedad preguntártelo, pero ¿con qué ciudad o lugar del mundo te quedarías?, supongo que con muchos.

- Sí pero, si pudiera, me gustaría vivir un tiempo en Istambul por la mezcolanza de gentes, porque es oriente y es occidente, porque es moderno y es antiguo... La gente es muy, muy agradable, está muy poco maleada, si necesitas algo te llevan a donde sea.... Hay una parte de El Cairo que me parece preciosa, que es muy colonial.... Mis asignaturas pendientes son América, Jerusalem y la India, ésta por la Fundación Vicente Ferrer. Me gustaría mucho conocerle personalmente, creo que es una persona extraordinaria, de las que realmente cambian el mundo. Y es que a mí me impacta mucho el sufrimiento de la genta, tengo con ellos cierta empatía.

- Cuando se ve a la gente sufrir, a pueblos
enteros, ¿uno piensa que no hay nada allá arriba?, ¿llegas a hacerte agnóstico?.
- Algo hay. He sido una persona muy católica, muy practicante y yo, que he conocido gente de otras religiones, pienso un poco como los hindúes, Dios es como un gran elefante y cada uno conoce una parte, unos un colmillo, otros una pata... Cada uno tiene su idea de dios, en realidad cada uno conoce una parte del elefante. Pero no culpo a Dios de esas miserias y esos sufrimientos que dices, los culpables son gobiernos que permiten esa miseria, los privilegiados que no ceden y, en definitiva, nosotros que somos unos puñeteros y miramos a otro lado.

- ¿Y quien es el culpable del maltrato a las mujeres y de la violencia de género?.

- Es un tema que me preocupa mucho. Yo creo que es un problema de educación, independientemente de que exista gente que no esté en su equilibrio emocional. No es una cuestión de religión o de creencias, sino más complicada, lo es de los valores sociales, es que estamos mandando unos mensajes que son completamente contradictorios. A través de los medios, estamos dando muchos detalles que solo alimentan el morbo del personal, y esos detalles no son necesarios. Por otro lado los valores profundos de la mujer no han cambiado del todo.

- Si tuvieras que decir algo sobre lo que nunca te hayan preguntado o que nunca hayas tenido la oportunidad de decir en voz alta, si tuvieras que proclamarlo a los cuatro vientos, ¿qué dirías?.

- ¡Estoy viva!. Sí, si..., lo tengo clarísimo. Aunque me duela algo y esté un poco fastidiada, hoy es un día estupendo.

- Además, tú que andas por el mundo, cuando ves cómo vive mucha gente tienes que valorar mucho mas eso que acabas de decir...

- Esto siempre me recuerda un caso que nos sucedió en una aldea nubia de Egipto donde nos querían dar una nena. Hicimos el crucero por el Nilo y en una escala llevaron a la gente a ver una fábrica de alabastro, y nosostros nos fuímos a ver unas aldeas en las que había una gente muy humilde. Había unos nenos jugando con una pelota de trapo y una señora que era mas joven que yo, seguro, pero que aparentaba muchos años más y traía un bebé en los brazos, supimos que era una niña por unos cordelinos que traía en las orejas. Estábamos dando caramelos a los críos -siempre los llevo- y ví a la cría e instintivamente le acaricié la cabeza y la madre me la extendió para dármela. Yo pensé que era para un momento pero mi marido me dijo “no Pilar, no la cojas”. Pablo le daba dinero pero la señora no quería dinero, quería que nos lleváramos a la niña, sabía que la nena iba a estar mejor. Fué tremendo, pesqué un berrinche... (se le llenan los ojos de lágrimas). En aquel momento era una mujer que le decía a otra “Saca la guaja de aquí, tú la llevas y va a vivir bien”.

- Algo que no te haya preguntado, Pilar. ¿Quieres decir algo más?.

- Que me siento afortunada. Por tener a Pablo, a los críos, por tener amigos, a mí madre que todavía vive... A pesar de todos los pesares, me siento afortunada.

Como afortunado lo he sido yo por esta conversación. Gracias Pilar, hasta pronto.

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