Antón Saavedra en Espejo Público de Antena 3, con Susana Griso |
La trama minera
Lo gordo de todo este asunto no es lo que ahora salta a la
luz pública junto a otros tantos casos de corrupción, que lo es, sino que
durante más de treinta años Asturias entera haya estado sometida a los antojos,
maniobras e intereses de una sola persona sin que nadie haya dicho esta boca es
mía -salvo un paisano de Aller, con boina- cuando muchos, si no es que la
mayoría, estaban al corriente de la que hoy se ha dado en llamar “La Trama
Minera”. Un solo hombre, por muchos bigotes que tenga, no es capaz de esto si
no está acompañado de decenas, o centenares, de colegas y cómplices que van en
el mismo barco que él y están pero que muy a gusto en la burra. Desde hace un
mes, poco más o menos, todos (políticos, sindicalistas, empresarios y otras
especies) se rasgan las vestiduras y echan las manos a la cabeza no dando
crédito a lo que oyen, a lo que ven y sienten en la calle, a lo que está más
que cantado. Hay en esta región un gran síndrome de confusión entre ellos. Y de
repente, cuando ningún ciudadano -salvo uno- había alzado su voz y denunciado
o, cuanto menos, protestado por esa dictadura, por esa apisonadora que
presuntamente puso y quitó aquí y allá a presidentes, diputados, alcaldes,
empleados y hasta el último de los barrenderos, con todos mis respetos para
ellos, de repente todos los que tuvieron un importante síndrome de confusión,
por miedo o interés, se acuerdan de todo precisamente cuando el que ahora padece
de esa extraña enfermedad es quien ha montado un tinglado en el que se han
movido miles y miles de millones. “Tente mientras cobro”, dice el refrán. Y
ahora que se van acabando esos cobros, ilegales, ilícitos, delictivos y todos
los calificativos que quiera uno ponerles, ahora todo dios recobra la memoria.
No sólo eso sino que ya se observan maniobras de algunos que abandonan el
barco, o están pensando en ello.
No nos cabe la menor duda de que Asturias no volverá a ser la
misma a partir de ahora, sin el paraguas protector del de Tuilla y del de sus
amigos. Mientras tanto, a pie de elecciones autonómicas y municipales y cerca
de las generales, las ejecutivas de los partidos estarán temblando viendo como
un grupo surgido del cabreo, la decepción y el hastío, se acerca a paso de
gigante hacia la alfombra bajo la que guardan todos sus secretos, sus miserias
y sus mierdas. Con perdón.
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