El declive de Sama
Las ratas ven en la oscuridad, ¿lo saben, verdad? Pues bien,
cuando eran las siete y media de la tarde del sábado de Todos los Santos, algo
más de una hora después del atardecer, el parque Dorado de Sama permanecía a
oscuras. Sin un solo punto de iluminación. Estábamos conversando con un amigo a
la altura de La Montera cuando vimos una enorme, y nos preguntábamos si esa
coyuntura tenebrosa estaba ocasionada por el fallo en los sensores o por la
incompetencia de quienes se ocupan de esto en nuestro ayuntamiento. Y esta
conversación derivó en otros temas, siempre con el fondo común de los servicios
municipales. Nos preguntábamos el por qué en tantos lugares de Sama, calles y
plazas, hay un insoportable olor a cloaca y si acaso por ahí no circulan
roedores. Muy cerca de donde estábamos y a escasos veinte metros de la entrada
al Centro de Salud, en la esquina del parque, se respira un insoportable hedor que
hace muy extraño ver a alguien que aguante sentado en el primer banco del
paseo. Lo mismo ocurre, aunque en menor medida, en la esquina opuesta donde
está ubicada la estación depuradora de aguas y el campo de minigolf. Igualmente
en la conocida popularmente como Plaza de los Chorizos y en algún lugar más de
la capital del concejo.
Si esta insalubridad de los olores a cloaca es grave, aún lo
es más el estado de ruina de tantísimos inmuebles, algo que hemos denunciado
hace tiempo en estas páginas con respecto al de la calle Constitución, esquinas
Fdez. Rebollo y Shultz. También el que está enfrente tiene la mitad de su
techumbre hundida. Pasa otro tanto de lo mismo en los edificios de La Casa
Nueva, al lado de las vías de RENFE donde las colchonetas y la porquería saltan
a la vista de cualquiera que pase por allí.
Todos estos casos de edificios en ruina y en estado de
abandono, junto a un sinfín de bajos comerciales cerrados y en venta o
alquiler, hacen de Sama una ciudad triste, casi fantasma, donde pasear un
domingo por la tarde resulta lo mismo que darse una vuelta por cualquier
desierto.
La ausencia de iluminación, ya denunciada en multitud de
ocasiones, los olores y la falta de mantenimiento en la red de saneamiento y el
estado de ruina de tantos edificios dentro del casco urbano hacen que resulte
triste vivir en una ciudad como Sama y, una vez más, queremos llamar la
atención de nuestros políticos para que hagan algo. Porque pueden, y para eso
están.
No hay comentarios:
Publicar un comentario