Los fastos de las fiestas
El día de Navidad no salió prensa escrita, ni siquiera LA
NUEVA ESPAÑA. Es por ello que Duke ha decidido hacer una retrasmisión en
diferido de lo que, quizás o acaso, haya acontecido en las horas de esta
conmemoración del nacimiento de Aquel que vino al mundo una noche de 24 de
diciembre de hace nosécuántos años. Pa empezar hay que decir que no tocó la
lotería como pasa todos los años y, siendo así, en víspera de Nochebuena, el mi
amigu Rafa recibió un guasap del yerno que decía: “Tenemos cena mañana”. Es
evidente que este texto, escrito sin signos de interrogación, podía entenderse
como que su hija y Cía. cenaban fuera con unos amigos o por lo privado y, en
consecuencia, los abuelos deberían de quedar al cargo de la nieta. Pero no, el
mensaje era una autoinvitación a la cena
pascual en su casa, como no podría ser de otra forma. Rafa contestó al mensaje
en los siguientes términos: “Yo ceno to los días”. Luego me lo enseñó y me dijo
sonriendo: “El mi yerno ye muy finu pa estes coses”. Pues ni más ni menos que
como todos los yernos y nueras que se apuntan a todo lo que se celebra, y
también a lo que no. Y las abuelas encantadas de estar entre potas, fogones,
mazapanes y turrones. Cocinando como para un regimiento recién retornado del
frente de batalla.
Llega el día de Navidad y la tropa está del día anterior.
Fartuca y un poco perjudicá, por aquello de las burbujas y el “fun, fun…”, de
manera que hasta bien entrada la mañana no se ve más gente por la calle que
aquellos que aún están celebrando el nacimientu del guaje que naz to los años.
Eso sí, cuando estos retiran, aparecen los que no salieron dispuestos a tomar
el aperitivo y luego a terminar con lo que sobró de la cena, o dar buena cuenta
de nuevos y suculentos manjares, sólo para hacer los honores a los esfuerzos de
la cocinera, ¡que quede claro! Porque, como todos dicen a estas alturas, de la
fiesta: “Estamos de celebraciones hasta los gemelos”. ¡Y pensar que tovía nos
queden les uves y el roscón!, ¡cuando acabe esto póngome a dieta de acelgues
con limón! Pero a la abuela aún le quedan muchas horas de cocina en fin de año.
Y de cuidar a la nieta, que esi día hay que celebralo. Una estatua, merecen.
Ye verdá
ResponderEliminar