miércoles, 18 de mayo de 2016

RECORDAR A GARY COOPER



Ante el peligro

El día impronunciable de este mes se cumplen 55 años de la muerte de quien fue mi actor predilecto, del hombre que estuvo Solo ante el peligro, fue Policía montada del Canadá, El sargento York o un Inconquistable. Frank James Cooper (1901, Helena, Montana-1961 Beberly Hills, California) fue el actor que se afeitaba con un enorme cuchillo, del que se dijo que no sabía qué hacer con las manos y que fue el mejor jinete de todos los que por entonces hacían pelis de vaqueros. Actores como Gary Cooper pasaron a la leyenda del séptimo arte y cuando falleció mi mente infantil creyó que con su marcha se había acabado el western, que ya no habría nadie que se ocupara de pelear con los malos y ponerlos en su sitio. Por suerte aún nos quedaban John Wayne y James Stewart.
En aquella ciudad de la excelente película todos le dejaron solo para enfrentarse a los siniestros malhechores que llegaban en el tren de las 12 a.m. Hasta su flamante esposa, Grace Kelly le abandonó. La cosa estaba jodida y nadie permanecía en las calles cuando el tren llegó. Pasó lo mismo que hoy día en Sama cuando llega un sábado o un domingo por las tardes. Salgo con Duke y no se ve un alma en la ciudad. No hay niños que jueguen en el parque, nadie en la calle Dorado, en pleno centro. Talmente parece que en breve llegarán los malos. En esos momentos, recuerdo a Gary Cooper y su entereza afrontando la soledad. Luego, cuando el peligro pasó, arrojó su estrella de sheriff y se marchó de la ciudad. Dicen que el film es toda una parodia sobre la, por entonces, denominada “caza de brujas” del macartismo que fue una implacable persecución de las glorias de Hollywood por ser acusados de comunistas. Aquí ya no queda qué cazar, ni que pescar. Hasta las truchas se han ido del Nalón. Y como Gary Cooper estamos solos ante el peligro de la despoblación y de la más absoluta ruina. Sin pozos, sin fondos, y sin esperanza. 

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