Oficinas contra las religiones
Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Pero
ahora el César, aunque se llame Wenceslao, quiere también lo de Dios. De manera
que, para ello, van a poner una oficina municipal que persiga todo aquello que
contenga símbolos religiosos, encontrarlos y retirarlos. Van a comprobar que
todos los bienes de las distintas confesiones estén debidamente acreditados, es
decir con su correspondiente escritura pública y la consiguiente inscripción
registral, amén de temas catastrales y demás zarandajas, y si no pa ellos y,
además, quieren promover las
celebraciones de tinte civil por delante de las de carácter religioso. Todo
ello, y alguna cosilla más, van a pedírselo al Gobierno Central para, de esta
forma, incorporarse a la Red de Municipios por el Estado Laico. Estas
propuestas son las que hace el tripartito que gobierna, o no, en Oviedo,
sugiriendo también que se juren los cargos públicos sobre la Constitución y no
sobre la Biblia. Cuando tenemos reciente
cómo han jurado, prometido o dado su palabra de honor, cada uno de los
diputados de Podemos en el Congreso, es decir como a cada uno le salió de los bemoles,
ahora llegan y defienden una forma de promesa ante la Carta Magna. Si eso no es
postureo, que me digan lo que es.
Que este asunto salga a la luz precisamente en los días
posteriores al horroroso incendio habido
en la calle Uría, da mucho que pensar. Sobre manera cuando se dice que las bocas
de riego no bombeaban el agua suficiente, porque las conducciones están
obsoletas; cuando se habla de ciertas negligencias en las actuaciones de algún
mando del equipo de municipal de bomberos y, en definitiva, cuando las
explicaciones sobre una cuestión de tanta enjundia son las que deberían de
primar, entre otros temas, llegan y pretenden poner una nube que cubra todo
ello con una reivindicación extemporánea hacia el laicismo. ¡Oviedo, quién te
vio y quién te ve!
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