Es que a Duke se le ocurren unas ideas que, a veces, hace que
tenga que dar explicaciones por la calle a muchos de nuestros lectores. ¿Qué
tal la orina?, me preguntan en esta ocasión. ¿Y el Marqués de Cáceres del 78?,
insisten con cierto recochineo. Por aquello de “La pata negra”. Pues nada, pa
que no preguntéis más, voy contávoslo hoy. Fui al galeno medio acojonáu, y con
las mosca tras la oreja, a por el resultáo
de la analítica y esto fue lo que pasó: Buenos días, doctora. A ver qué ye lo
que tengo. O lo que no tengo. Buenos días, dice ella. Y se pone a mirar la
pantalla del ordenador con media sonrisa en los labios. Y yo tóu preocupáu,
pensando que iba a mandame al especialista del bandullu o de la patata, porque
siempre que voy a vela salgo de allí con un papel de petición médica pa alguna
cosa rara. “A ver, a ver… pues los colesteroles están al límite, pero bien. Los
triglicéridos un poco altos…, y tal”, me dice repasando todos y cada uno de los
valores que habían encontrado los del laboratorio en la sangre y el pis del
otru día. Taba casi to al límite de lo normal y, como consecuencia, también de
lo anormal. Bueno, dije, después de to no toy tan mal, ¿eh, doctora? Fue en esi
momento cuando empezó el martirio. “Vamos a ver: ¿fumas?, ¿cuánto?; ¿bebes?,
¿cuánto?; ¿caminas?, ¿cuántos kilómetros al día?; ¿comes poco y
equilibrado?...”, solo-í faltó pregúntame por lo otro. Ya saben. Y de pasu lo
anotaba todo en el parato esi. Y yo, con cara de pijo, contestando como si
estuviera examinándome pa entrar de espía en la cagebé. Pero bueno, ¿esto ye pa
una encuesta, o qué? “Tranquilu, sólo ye
pa poner los datos al día”, me contestó.
Total, que como lo tenía casi to al límite, mandome fumar y
beber menos, comer más lechuga, verdures y to eso que comen los conejos,
caminar quince kilómetros al día, como de aquí a Laviana. ¿Y en que vuelvo?,
pregunté. Pues vas hasta Sotrondio y vuelves andando, como haz el tu amigu Hermógenes
el biólogo, me dijo con rotundidá. Y quiero vete aquí dentro de seis meses pa
hacete otru análisis. Pasome el sustu que llevaba y entrome un coraje de la de
su madre. Hermo también come chuletones con setes. Así que a ver cómo me
arreglo p’hacer to eso a la vez en seis meses. O pa no hacelo sin que se
entere. De momento toy pensando en ello. Así que dejavos de preguntar por el
pis y a ver si me dáis idees.
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