domingo, 31 de julio de 2016

SENTANDO CÁTEDRA



La lógica de Pilar García Cuetos
Entrevistando a Pilar G. Cuetos, hace unos años

Acaba de obtener la Catedra por la Universidad de Oviedo en el Área de Conocimiento de Historia del Arte. Es Pilar García Cuetos, natural de Sotrondio y residente en Sama, antigua concejal en Langreo y siempre dispuesta a acudir a cualquier lugar donde reclamen su docta opinión para conferencias y debates. En una charla que tuvimos hace años opinaba de esta manera sobre distintas cuestiones que aún hoy son de plena actualidad.
De la educación de los hijos piensa que “hoy los niños se crían muy solos y, curiosamente, se dice que es porque los padres ahora trabajamos mucho y nunca estamos en casa. El problema no es ése, no es la cantidad de tiempo, yo creo que es la calidad del tiempo y las prioridades de la gente. Ahora no se está con los hijos, tú no puedes estar tomando una cerveza mientras el niño está solo en casa con la maquinita. La gente debe de ser consciente de que hay unos años que deben de dedicar a sus hijos”.
Sobre el aprendizaje del latín y el griego los ve necesario incluso para entender las cosas cotidianas. “Yo me encuentro con que mis alumnos no entienden muchísimas palabras, echo de menos una formación más humanística. Mis alumnos llegan a primero desconociendo muchas cosas, y no es culpa de ellos sino del sistema, y es algo que me preocupa en un país, como el nuestro, que está a la cabeza de Europa en fracaso escolar. Algo estamos haciendo mal. Lo que no es normal es que siendo un país rico, como lo somos, con una cultura increíble, haya cantidad de chavales que no llegan a terminar una formación básica. Hay un problema muy serio, que creo que no acabamos de resolver, que es ponernos de acuerdo en qué es lo que debe ser prioritario en la enseñanza. La enseñanza no puede ser moneda de cambio político, y hasta ahora lo está siendo.
 Acerca de nuestro modo de vida opina que “deberíamos de aprender. Primero deberían de hacerlo quienes llevan la estructura económica, para no volver a armarla, aunque no me fío mucho. Que esto no podía seguir así lo decían hasta nuestros abuelos, y no eran economistas. Vamos a tener que aprender porque no va a poder sostenerse el despilfarro que estábamos manteniendo. No entiendo cómo hemos podido estar tan obcecados de pensar en que esto podía seguir así indefinidamente. En Francia la gente sigue alquilando casas, en Alemania también, y la gente cambia menos de coche que nosotros, aprovechan las cosas viejas, los mercadillos funcionan y la gente lo recicla todo. Esa austeridad la mantienen bastante, con la ropa son menos exhibicionistas que nosotros. Aquí se nos fue de las manos y no sé si vamos a aprender. Lo de España no tiene parangón fuera donde la gente no tiene este nivel de consumismo”.
La simplificación de la Administración Local. “Lo lógico es funcionar de una manera racional, eficiente y lo más económica posible. Un ayuntamiento único sería racional, eficiente y económico, independientemente de que luego haya cosas que tengan que estar cerca de los ciudadanos, pero eso me lo planteo con todas las administraciones. Duplicar administraciones me parece perder lamentablemente el dinero Un ayuntamiento único me parece estupendo. A lo mejor tiene que haber instalaciones más pequeñitas pero que estén más cerca de los ciudadanos en lugar de grandes instalaciones y duplicadas, es lo que pasa con los grandes centros comerciales. Los ciudadanos romanos iban al Foro, al circo, y ahora la gente va al fútbol o al centro comercial. ¿Por qué ahora la gente quiere que les abran los centros comerciales en festivos y hasta las cinco de la mañana?..., porque es la cultura de ocio que tenemos. Es un modelo muy americano, en Estados Unidos la gente sale de su casa, en muchos casos no conoce ni al vecino, y van a pasar el fin de semana en el centro comercial. Aquí pasa lo mismo, la mayoría de la gente va allí a pasar el tiempo y nuestros chavales, antes de aprender otra cosa, aprenden a ir allí el fin de semana. Eso me pone los pelos de punta, están aprendiendo que disfrutar es ir de compras.
Sobre el problema religioso afirma: ”He sido una persona muy católica, muy practicante y yo, que he conocido gente de otras religiones, pienso un poco como los hindúes, Dios es como un gran elefante y cada uno conoce una parte, unos un colmillo, otros una pata... Cada uno tiene su idea de dios, en realidad cada uno conoce una parte del elefante. Pero no culpo a Dios de esas miserias y esos sufrimientos, los culpables son gobiernos que permiten esa miseria, los privilegiados que no ceden y, en definitiva, nosotros que somos unos puñeteros y miramos a otro lado”.
La violencia de género es un tema que lee preocupa mucho. “Yo creo que es un problema de educación, independientemente de que exista gente que no esté en su equilibrio emocional. No es una cuestión de religión o de creencias, sino más complicada, lo es de los valores sociales, es que estamos mandando unos mensajes que son completamente contradictorios. A través de los medios, estamos dando muchos detalles que solo alimentan el morbo del personal, y esos detalles no son necesarios. Por otro lado los valores profundos de la mujer no han cambiado del todo”.

Pilar sienta cátedra a cada intercambio de opiniones, no sólo en lo que se refiere a su especialidad en la que es catedrático desde hace unos días, por lo que nos alegramos y, desde estas páginas, le enviamos nuestra más profunda felicitación.

sábado, 30 de julio de 2016

BELLEZA OTOÑAL


Éllas y sus halagos

No se si se habrán dado cuenta ustedes pero, a medida que se van haciendo mayores, las mujeres adolecen de un exceso de generosidad. Es pura observación, que nadie se moleste. Y, paradójicamente, ahora que estamos en pleno verano, con estos calores el asunto se hace aún más ostensible. El otro día estaba charlando en el parque con la mi amiga Maripuri y, en esto, acercose por allí una muyer de mediana edá e interrumpió la conversación. “Ay madre, ¡cuántu tiempu sin vete!, no se qué ye lo que haces pero estás más guapa que nunca...”. Duke y yo, que no conocíamos a la señora, nos apartamos prudentemente preguntándonos por dónde habría miráo a la nuestra amiga porque la verdá ye que la probe nunca fue muy agraciá que se diga. En justa compensación, Maripuri le dijo a la otra: “Na fía, no hago na, no tengo ni tiempu. Voy a la pelu una vez al mes y para de contar. Tú sí que tas guapa. Nótase que te trata bien la vida, no como el mi hombre que no haz más que beber y dame disgustos…”. En esto nos dimos cuenta de que la cosa iba para largo, que empezarían a contarse las hazañas de sus maridos y lo viejas y ajadas que estaban sus amigas, y cortésmente saludamos y dijimos adiós, hasta otro día.
Y es que cuando las damas pasan de los cincuenta adquieren algo especial que hemos notado, sobre todo desde que a nosotros nos pasó lo mismo. Después de haber sido unas mujeres normales, más guapas o más feas, de repente se convierten en señoras con un no se qué que las embellece y las hace encantadoras de la muerte. Parece como si entre ellas existiera un pacto tácito para elevar a la excelencia sus cualidades faciales y anatómicas, al menos cuando están juntas. Sin embargo entre nosotros los paisanos pasa algo muy distinto: “¡Coño, Luisinacio!, dijéronme que tabes en el hospital. Véote muy desmejoráu. Además engordaste y saliéronte canes… No te conocía, macho”.

lunes, 25 de julio de 2016

UNA SONRISA, POR FAVOR



La atención al público

Vean a alguien situado tras un mostrador de cualquier establecimiento de aquí o de afuera, con una seriedad que mete miedo, que te incita a dar la vuelta y volver atrás. Te recibe con esa frialdad propia de quien parece que no quiere vender, que le molesta todo aquel que entre a comprar. Ni buenos días, ni buenas tardes. Eso sí, te dice hasta luego, como si el hecho de que te marches -con o sin compra- sea un alivio para él, o ella. Cuando se trata de un empleado o dependienta la cuestión es hasta cierto punto comprensible. ¿Cuántas veces han oído decir aquello de “a mí no me pagan por aguantar a la gente”? Pero si nos ponemos en el caso del propietario el tema es muy distinto. En una ocasión he oído decir a un hostelero que echaba la partida con tres clientes “toma el euro y vas a tomarte la pinta a otro bar”, ante la solicitud de un parroquiano de ese corrosivo. Pero estarán ustedes de acuerdo con Duke en que en ambos casos (dueño o empleado) las cosas no pueden funcionar de esta manera. En que hay personas en el comercio, sea del tipo que sea, que estaban mejor trabajando donde nadie les viera, porque talmente parece que se les ha muerto el canario. ¿Se acuerdan de la canción? Tienen una pena permanente en ese semblante adusto y compungido que a uno le entran las ganas de darle el pésame y un abrazo antes de preguntarle si tienen sidra, chorizos de casa o pegamento y medio. Más bien, ante esa deficiente atención, nos entra la timidez y acabamos por pedir medio pegamento. Como aquel que llegó al bar y pidió un café, “¿solo?”, le preguntó el de la barra. “Bueno, póngame dos”, replico el infeliz.
Pues, a lo que vamos. Que ya que, por mucho que les duela, les toca trabajar mejor hacerlo con alegría y buena disposición, pensando en lo del refrán de que el cliente siempre tiene razón, y si no se la da. Pongan una sonrisa, por favor, que no cuesta nada y es muy posible que el cliente vuelva.

miércoles, 20 de julio de 2016

"A DÍA DEHOY"



 Las dudas de Sánchez

 Enigmática la introducción de Pedro Sánchez en su comparecencia ante los medios de comunicación para dar cuenta de su reunión con Rajoy en el Palacio del Congreso: “A día de hoy ni por activa ni por pasiva. El Partido Socialista ni votará a favor ni se abstendrá, en todo o en parte, en una eventual sesión de investidura”. En definitiva es lo previsto y lo acordado en el Comité Federal del pasado sábado. La expresión fue repetida hasta en cuatro ocasiones, mientras que el candidato dijo ante los mismos medios que la respuesta había sido un “no” rotundo. Sin embargo nos da la impresión de que esas palabras encierran el mensaje subliminal de que, quizás, más adelante los socialistas puedan favorecer la investidura y la gobernabilidad que, de alguna forma, fue el planteamiento del presidente en funciones. O hay un acuerdo o se irá a nuevas elecciones, lo que supone todo un órdago al partido socialista al enviarle un mensaje disfrazado de culpabilidad sobre una posible repetición electoral puesto que en sus manos, no tanto tras el 20D como ahora, está el desbloquear la situación de interinidad por la que pasamos en España.

A día de hoy, Rivera se apea de su postura negativa anterior y postula su abstención. Es decir, ni suma ni resta, sino todo lo contrario. Y, a día de hoy, tenemos toda la impresión de que unos y otros, PSOE y C,s., están tomando el pelo a los españoles y, lo que aún es peor, haciéndonos perder un tiempo precioso para la solución de grandes y graves problemas que no pueden solventarse en esta situación de incertidumbre. Dentro de las filas socialistas se oyen voces discordantes que claman para que se permita un gobierno de los populares, pero no. A día de hoy seguirán mareando la perdiz  hasta que en el último momento se abstengan o lo hagan seis o siete de sus diputados, caso de que C,s. de un voto favorable. En cualquier caso entraremos en una efímera y corta legislatura plagada de zancadillas, como representación previa a nuevos comicios. El tiempo lo dirá.

lunes, 18 de julio de 2016

LECCIÓN DE ANATOMÍA



Una clase en la facultad


Eran aquellos tiempos en que todo estaba en proyecto, ni soñábamos con democracia porque el más general de todos los generales todavía decía aquello de “Españoles…”. Cuando para hacer cualquier carrera de Ciencias había que pasar por aquello del “Selectivo”, con las mismas materias para uno que fuera a ser Ingeniero de Caminos que para otra que acabara siendo Farmacéutica. Después de esa selección, donde quedaban muchos en la estacada, empezaba la carrera propiamente dicha. Y en esos tiempos quienes algunos serían futuros galenos asistían a su primera clase de Anatomía con un catedrático ya célebre por su peculiar forma de impartir la docencia. Así empezó: “Veamos la formación con que ustedes acuden a esta disciplina.  Pregunto por el único órgano del cuerpo humano que puede crecer hasta ocho veces su tamaño normal sin que, para ello, deba de mediar enfermedad alguna”. Durante unos interminables segundos los alumnos guardaron un silencio sepulcral hasta que una chica levantó su mano tímidamente. “Parece que tenemos a alguien que sabe contestar a esta sencilla cuestión. Dígame usted, señorita”. La chica se incorporó y en voz apenas inaudible dijo: “El pene”. “Hable más alto, por favor. Estamos entre colegas”. “El pene, profesor”, dijo decidida. Hubo risas contenidas en el aula a las que el maestro puso freno con un simple gesto. “Está usted en un gran error, señorita. Se trata de algo que sólo tienen las mujeres como usted misma. Es el útero que se dilata hasta ocho veces su tamaño natural para albergar el feto durante la gestación. Estarán ustedes de acuerdo conmigo ahora que se lo digo, aunque, sin duda, ya lo sabían. De todas formas, futura doctora, felicite a su novio de mi parte”. La chica, ruborizada, tomó asiento mientras sus compañeros sonreían mirándola como si todos ellos conocieran la respuesta. Era su primera lección de anatomía y una recomendación de prudencia que jamás olvidaría.