La recuperación de la inocencia
Leticia Sabater se opera en Miami para ser virgen y se siente
a estrenar. “He tenido que dejar ya cinco relaciones porque nos era imposible
tener relaciones por culpa de ese problemilla”, ha manifestado a los medios,
sin duda después de pasar por caja. Ahora le pagarán también a quien abra la
cortina. Aunque los cinco que no lo lograron no podrán, alguien será el
agraciado de entrar el primero en su paraíso de placer particular. Uno de ellos
u otro de entre la tropa farandulera. ¿Pondrá en subasta el chichi para
amortizar la delicada intervención? Por lo pronto anuncia a los cuatro vientos
que tiene su cosita recién salida de fábrica, que tiene una muñeca vestida de
azul con su camisita y su canesú. Igual que, en su momento, anunció que había
puesto tetas nuevas y las enseñó para regocijo de onanistas y otros raros
especímenes que siempre están al loro de lo que pasa en los cuerpos físicos de
las tropas de trepas que tanto abundan en este país de imbéciles, gilipollas y
gilipollos.
Lo que pasa es que siempre resulta conveniente tener un tonto
a mano. Si, además, es tonta y no está muy cerca, mejor. No sea que nos
contagie, que la tontuna ye peor que la gripe del añu que vien, que tovía no
tien vacuna. Y digo esto porque una tonta rubia y medio tarabica da pa mucho.
Tién mucha enjundia, boba. Sobre to si estrena chichi. De hecho ya haz mucho
que son famoses les tonteríes de la nueva virgen cincuentona. Siempre dieron pa
un cachu de periódicu, de revista y unos minutos en los programas esos de
algunes teles donde pululen otros muchos tontos y tontes como ella, o peores.
Ya saben ustedes a quiénes, y quiénas,
nos referimos.
También sirven para que la tropa se divierta y se olvide del
tinglado que se está montando con aquello de los pactos, los acuerdos, las
rayas rojas y el desaloje de la derecha
de todas las instituciones del país que, parece ser, es la consigna de todos
los partidos de izquierda que, como por arte de ensalmo, se han convertido en
los auténticos protas de la actualidad
patria. Que ahora, desde las pasadas elecciones, sólo hablamos de
transversalidad (que no se qué rediós significa esa palabreja), de Podemos, de
Ahora Madrid, de Somos y los demás, y nos olvidamos de la tristeza de Espe y
los problemillas de los populares.
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