sábado, 16 de mayo de 2015

LO BUENO DE SER MENOR

El germen de la delincuencia


Fractura de tibia y peroné, dislocación de hombro y fractura de clavícula por sendas patadas a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, lesiones torácicas por un puñetazo en el pecho a otra agente y desgarros musculares en una pierna a un cuarto policía. De un muerdo. Ese es el desaguisado que ha hecho un tierno angelito de dieciséis años en la madrugada del pasado fin de semana en Oviedo. Por lo que se ve un menor colombiano. Lo de su nacionalidad es lo de menos, como si es de la república popular de la Cochabamba, que luego llegan algunos y nos tildan de xenófobos. Lo mismo nos da un hideputa del Caribe que del mar de la China o de la ciudad de La Regenta. No deja de ser un hideputa, por muy menor que sea, de manera que no quiero ni pensar qué es lo que en el futuro llegará a hacer este polluelo cuando sea un gallo con un par de espolones. Pero es que, además, una vez que fue detenido se le intervino una llave de grifa y un cuchillo de doble hoja que, suponemos, no eran para arreglar una cañería ni para filetear un solomillo de avestruz. El caso es que, obviando el perfil del pavo, estamos ante el eterno asunto de los protocolos policiales cuando tienen que enfrentarse a alguna persona violenta. Si les está permitida la utilización de la fuerza y de los medios disuasorios de que van provistos o, por el contrario, han de repeler las agresiones con una palmadita en la espalda acompañada de un consejo paternalista como aquello de que hay que ser bueno, portarse bien y no romper los retrovisores de los coches. Y tal.

Sobre todo cuando de menores se trata tienes que pensártelo dos o tres veces no sea que le des media colleja y te busques la ruina. Porque luego viene algún juez y sentencia que no se han usado los medios proporcionales para repeler la agresión. Y que conste que no sólo se trata de actuar en defensa propia, que también, sino de detener e inmovilizar a un fulano agresivo y peligroso del que, previamente, desconocen si viene de escabechar negritos en Nigeria y si ha hecho o no la primera comunión. Son policías y tienen que resolver un hecho concreto por lo que deben de poder usar los medios apropiados para ello sin temor a que luego se les caiga el pelo. El ministerio del Interior y la judicatura deberían de ponerse de acuerdo en estas cosas y consagrar la hostia bien dada. Sin besito, pero también sin acritud ni ánimo de hacer pupa.

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