El nuevo PSOE.
No es el nuevo Secretario General del Partido Socialista, no.
Es el de antes, el mismo. Si acaso aún más empecinado en las estrategias que ocasionaron
su dimisión en octubre del año pasado. Pero ahora se ha rodeado de los suyos en
la Ejecutiva y en el Comité Federal, y en esta ocasión el Comité no podrá echar
atrás sus proyectos. Con el apoyo mayoritario del Congreso Federal de hace dos
fines de semana, regresa con los mismos planteamientos de desalojar a los
populares del Gobierno para lo que vuelve a proponer el pacto a tres bandas con
Podemos y C,s., algo que se nos antoja irrealizable, en esta ocasión merced a
la negativa de los de Albert Rivera. Pedro Sánchez renunció a su acta de
diputado y, por tanto, entendemos que no puede ser considerado como Jefe de la
Oposición, de ahí que no sea de extrañar que Rajoy aún no le haya llamado para
mantener la entrevista solicitada, máxime cuando también ha vuelto a las
andadas hablando de “indecencia”, aunque en esta ocasión no se lo haya dicho a
la cara. Algo similar ocurre con Ciudadanos a quienes tilda de ser el bastón
del gobierno.
Persiste en sus viejas pretensiones de trazar rayas rojas que
impidan acuerdos con otros grupos y, sin embargo, está ansioso por obtenerlos
porque está obsesionado con ocupar el Palacio de La Moncloa. Y Rivera se lo ha
dicho, “vuelve a ser usted el de 2016”. Si tenemos en cuenta que es más que
improbable que él mismo patrocine una nueva moción de censura, es lógico
también pensar que deberá de esperar a que se convoquen nuevas elecciones y,
mientras tanto, continúe con la recomposición de su partido que, aunque lo
parezca, aún no lo está. Muchos varones sí han sido desalojados de los
privilegios que siempre han tenido y seguro que no permanecerán quietos ante
una más que posible podemización del partido, que sigue dividido también como
antes. ¡Vaya sin pausa, señor Sánchez. Pero también sin prisas!
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