
Desde hace ya algunos años, todos los segundos sábados del mes de
mayo (en este toca el día 12) en las dependencias de los Padres
Dominicos de La Felguera, por Ellos auspiciado y por Otros
instigado, tiene lugar un acontecimiento único y extraordinario: Un
hecho tópico, y casi siempre utópico, se convierte en realidad.
Si ustedes me lo permiten les explico esta frase inexplicable Digo
“tópico” porque es habitual que cuando coincidimos con
personas a las que no vemos desde hace mucho tiempo expresemos
mutuamente el deseo de vernos mas a menudo: “Oye, a ver si nos
vemos para charlar y tomar una café”, y en relación a mi
exposición, eso solemos decir todos. Y digo “utópico”,
al mismo respecto, porque en el fondo, al expresar ese deseo y a
pesar de él, estamos pensando que será tanto como imposible que se
cumpla pues salvo, desgraciadamente, en acontecimientos
extraordinarios, valga el eufemismo, no veremos a esas personas con
toda seguridad porque, entre otras razones, no vivimos ni trabajamos
en la misma ciudad, no participamos de las mismas aficiones ni de las
mismas amistades y, en la mayoría de los casos, tenemos la mas
completa ignorancia sobre su vida y la de su entorno. En muchos casos
nos hemos olvidado hasta de su nombre, cuando han sido antiguos
compañeros de colegio, de armas, o del Servicio Social (Nótese que
también hablo de las chicas). Pues bien, díganme si no es verdad
que cultivada una relación de este tipo, de la que todos tenemos
ejemplos, no se convierte en placentera y reconfortante. Cuántos
recuerdos y cuántas aventuras perdidas en el olvido.
¡Y cómo pasa el tiempo!:
-¿Viste a Manolín ya calvu y con barriga?. ¿Y el culo que echó
Mariló, con lo buena que taba?. *
* Que naide se de por aludiu. Haylos que además ya
tienen que poner les gafes de ver..
Los Dominicos se convertirá ese día (recuerden: próximo sábado,
12 de mayo), en la exaltación de la intemporalidad, entendida ésta
como una navegación por el tiempo sin movernos del espacio, casi
igual que Internet, pero en pobre, como diría Gila. Gran parte de
las conversaciones de este día girarán, no entorno a la actualidad
política, social o deportiva de ahora, sino a las de hace décadas,
cuando éramos niños o chavales cargados de inocencia e ilusiones. Y
es aquí donde me toca volver al principio cuando hablaba de los
Beach Boys. Como Los Chicos de la playa, de The Mamas & The Papas
y Simon & Gartfunkel; o Mary Trini, Cecilia y Nino Bravo, o Los
Brincos, Los Bravos y Los Pekeniques, o tantos otros. ¿No les suena
esto a Güateque?. Toda esta gente es mi recurrencia y la de nuestra
juventud, de nuestras ilusiones y desdichas, de nuestros amores y
fracasos. La memoria me trae la música y ésta me suscita los
recuerdos. ¿Y a quién no?. Magia solo existe en el pasado.
Hoy que somos cincuentones es una delicia que, al menos una vez al
año, volvamos al güateque de entones, a nuestra juventud y
hablemos de ellos; que entre los presentes busquemos el misterio de
las relaciones imprecisas siempre deseadas y nunca mantenidas, la
incógnita del “¿por qué?” en aquella ocasión me
dijiste esto, o no hiciste lo otro; y los amores
inconfesables e inconfesados.
“ -¡Qué guapa eras!. -¿Sabes que estuve enamorada de ti durante
mucho tiempo!. -¡Cuánto me hiciste sufrir con aquel tío del Lacós
verde!.”
Cuanto menos, todo esto me hará volver a esta celebración.
Y como siempre fue muy hermosa, o al menos así me lo dice la
memoria, no veo el tiempo que falta para que llegue. En mi mente
tengo una canción, siempre hay alguna que es recurrente cuando
escribo (lo llamo literatura musical, permítanme mi habitual
egolicencia), que en esta ocasión es “California Girls”
de los mismos que me sugieren el título y que me llevan a tiempos
pasados que fueron, o no, mejores. En cualquier caso, las chicas
siempre estuvieron, y están, presentes y siempre fueron las mas
importantes.
Y los que allí estarán pertenecen a todos los estratos de nuestra
sociedad. Haylos galgos y podencos. Mas y menos ilustrados.
Hipotecados, acomodados y subvencionados. Padres, hijos, nietos y
cuñaos... ¡De to, oiga!.
Un año más he de volver. Y ya, cuando escribo estas letras, tengo
“Buenas Vibraciones”. Presiento que van a ser, como
en años anteriores, unos momentos novedosos, instantes
insospechados y vibrantes (valga la reiteración), alegres y
sorprendentes, y, en definitiva, inolvidables. Nada que se parezca
al “Deja vu” o “Esta experiencia la he
vivido con anterioridad”. Y a modo de ilustración, porque
no voy a contarles más, les diré que esi día “Orbayen
Estrelles”, y eses estrelles no formen parte de la Vía Láctea
sino que son, y ta claro, estrelles locales (Pepu, Puri, Paco, Pili
...., y Ana, Frany, Los Manolinos y un servidor que, humildemente,
cantamos de vez en cuando, pero bien y por el libru). Habrá de
todo. Y todo será documentado y, por tanto, recordado.
Duke me sugiere que proponga a esos “instigadores” que mencioné
que promuevan para próximas ediciones la confección de un boletín,
a modo de portfolio (habitual por estos lares), para que los
presentes y ausentes en el evento manifiesten lo que a su derecho e
imaginación convenga.
Desde estas páginas quiero transmitirles mis “Buenas
vibraciones”.. Vuelvan a su juventud y acudan “Libres,
como el viento”. Allí les veré.
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