Que yo sepa coral es uno de esos cosos marinos que están en
los arrecifes de las antípodas, o una serpiente a franjas de colores (como una
corbata) que es muy venenosa. Puedes morirte sólo con verla. Coral también se
denomina a esos grupos, tan abundantes en el norte en general y en Asturias en
particular, con voces femeninas y masculinas que cantan habaneras y también
aquella de “Axúntabense”. Pues resulta que ahora estos de la CUP ya empiezan a
hablar de un gobierno coral para Cataluña. ¡Qué cosa! Lo dijo ayer la número
cuatro de la formación. Que Mas no va a ser presidente con el voto de su grupo,
que a los efectos es llave, y que lo mejor es que se haga un gobierno de
cantantes. Y Duke quedó de paté de fuá. Debe de ser la acepción independentista
de un gobierno formado por partidos que no tienen nada que ver uno con otro en
programas ni en ideologías, ni tan siquiera en la concepción de estado. Para
que gobierne un poco cada uno y quitarle la pelota a Arturo que ye un chupón.
Porque es que, según ellos, al no haber obtenido la mayoría de votos
soberanistas y, por tanto, perdido el plebiscito y fracasada la aventura no va
a haber lugar a la DUI (Declaración Unilateral de Independencia), “y ya está”,
concluyó otro de los portavoces de la formación. Si a este estado del asunto le
añadimos la reciente imputación del presidente en funciones por un presunto
delito de desobediencia y, posiblemente, otros presuntos de prevaricación y
malversación de caudales públicos, apaga y vamos a jugar todos un poco. A Mas
no le quieren ni en pintura.
Con todos esos ingredientes que obstaculizan la formación de
un gobierno y la posterior DUI, el asunto está igual o peor que antes de las
elecciones, como dijo el expresidente Felipe. Ahora parece que todos se han
olvidado de lo que les llevó a la cita del 27-S y convocan a las gentes a
manifestarse contra el que es el auténtico estado de derecho, España, por un
atentado contra la democracia y por andar con juicios políticos. Y el ínclito,
escondido y preparando su defensa el 15-O, tiene el valor de decir públicamente
que preguntó al Constitucional qué es lo que había que suspender el 9-N y como
no le contestaron siguió adelante, ignorante de que lo que tenía que suspender
era la consulta. ¡Probe!
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