Las negociaciones griegas por Europa
El nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, recorrió
media Europa esta semana en busca de apoyos al proyecto prometido en su campaña
electoral para afrontar su difícil situación económica. Londres, París, Roma,
Bruselas y por último Berlín. En compañía de su ministro de finanzas presentó
una propuesta de espera y de pago de su deuda en acomodación al futuro
crecimiento del PIB del país. Parece que no planteó nada de reducción o quita
sino sólo un alargamiento de los plazos, y en los tres primeros casos obtuvo
buenas perspectivas. Y es normal, Cameron no está dentro de la zona euro y, en
cierta forma, el asunto heleno le es indiferente y, por el contrario, tanto
Hollande como Renzi pasan por una situación poco menos que similar a la de los
griegos y no les disgustaría que éstos sentaran un precedente. Sin embargo no
fue igual el recibimiento que tuvieron por parte de Juncker, presidente de la
Comisión Europea, y de Shäuble, ministro alemán de finanzas. Ambos exigen que
Grecia cumpla lo pactado por anteriores gobiernos y mantengan los planes de
ajuste acordados porque no en vano los helenos están creciendo más que algunos
países de la zona euro, según los alemanes. De manera que, como donde hay
patrón no manda marinero, los de Syriza tendrán que pasar por lo que quiera Ángela y seguir soportando
las visitas y auditorías periódicas de los de la Troika, que es lo que más les
envenena ya que son unos tecnócratas que lo miran todo con lupa. Y Duke se
pregunta a quiénes querían que enviasen los de la Comisión Europea, el BCE y el
FMI, ¿a Pepe Gotera, Mortadelo y Rompetechos?
Así es que cuando en nuestro país los sondeos arrojan un
avance cada vez mayor del partido de Pablo Iglesias hasta situarles tan solo
cinco puntos por debajo de los de Mariano, en claro perjuicio de los
socialistas, los españoles -tan enrabietados con esto de la crisis- deberán de
ir pensándose muy bien la orientación de su voto en este año comicial, porque
si Grecia se sale del euro en última instancia -y es que, además, los alemanes quieren echarles,
según palabras de Shäuble- un eventual gobierno de Podemos, en solitario o con
apoyos de izquierda, nos situaría con toda seguridad en una tesitura muy
parecida a la de los helenos. Con una crisis del copón, la firmeza de quienes
gobiernan Europa y una Troika que tirará del cinturón hasta el último agujero.
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