Comienzan las dudas
Cuando éramos infantes, de aquella, hace decenios era muy
frecuente que alguien nos preguntara si queríamos más a papá o a mamá. No se si
les pasaría. Eso fue antes de que se inventaran las encuestas de población
activa y la de su madre. Por entonces, ante el aprieto, contestábamos que los
queríamos a los dos por igual, aunque siempre había algún cabritu que decía que
quería más a so güela o a Marilyn Monroe, pero hoy no. Hoy, o te decides o yes
un indecisu d’esos a los que yos pide el votu tu dios, sea de izquierda, de
derecha o mediopensionista. El otru día vi en una red social una pregunta que cuestionaba si prefería
cambiar la hora o de gobierno, ahora que tenemos hora nueva y gobierno vieyu, y
yo dijéi al que puso eso que si prefería cambiar de coche o de pareja. Debe tar
pensándolo tovía porque no me contestó. Pero como el que calla otorga, según la
sabiduría popular, seguro que esti fulanu -o esta Maripuri- prefieren un buga
nuevu, de paquete, que una muyer o un paisano recién llegáos que lo más seguro
ye que te salgan rana. O sapu. De ahí que Duke piense que va ser mejor cambiar
la hora porque dentro seis meses vuelves poner el reló en su sitiu y, en cambio,
pa cambiar el gobierno tienes que esperar cuatro años. Porque a éstos, como a
los otros que puedan venir, no los mueve de onde tan ni una grúa del Afeitáu.
De manera que, a la vista de estos antecedentes, con tantes
encuestes que anden encuestando por to los sitios de la multigeografía política
de aquí, va a ser mejor que todos nos volvamos indecisos y, cuando nos
pregunten si preferimos a Sánchez, a Rajoy, a Iglesias o a Rivera, contestemos
que no somos de aquí, ni de allí, sino todo lo contrario. “Que luego vas y lo
cascas, macho”. O, alternativamente, le preguntemos al pavo, o la pava, si ye
tontu, bobu o gilipollas. Y rematar con aquello de “a ti te lo voy a decir, pa
que luego me metas en una porción del quesito”.
Ahora que muchos de los que estaban en un partido y se
pasaron al contrario están optando por cambiar de nuevo al anterior -caso de
Irene Lozano-, o a otro que vean con más posibles para seguir “tocándose los
cojones”, que diría uno, o en el “candelabro”, que diría la otra, ahora es el momento
en que llegan los encuestadores pa adelantar acontecimientos. Pues no, coño. Ya
lo sabréis el 20-D, que ahora toy indecisu.
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