jueves, 7 de febrero de 2013

SÓLO NEGOCIOS


A lo largo de este último mes en el que hemos estado ausentes de estas páginas por tristes causas hemos asistido atónitos a la sucesión de una multitud de acontecimientos que habrían merecido nuestros comentarios. Un buen amigo me lo decía el otro día: “Anímate que ahora tienes manteca para regalar…”. Y no le faltaba razón. El final de la minería del carbón, la crisis y conflictos laborales de Talleres Jesús Álvarez y Felguera Melt, la ordenada reversión de las cantidades abonadas por el Ayuntamiento e Langreo a cuenta de la adquisición-expropiación y obras realizadas en los Talleres del Conde, y un largo etcétera para poner los pelos de punta al más calvo de los ciudadanos, entre los que por suerte o desgracia me encuentro, y para hacer frotarse las manos a periodistas y articulistas ansiosos y ávidos de mierdas donde revolver. Todos temas de suma transcendencia y gravedad, entre los que se lleva la palma el asunto de los sobresueldos de los altos cargos y la cúpula del Partido Popular, no hace tanto tiempo. Un escandaloso affaire que, en los tiempos que corren y por si no tuviéramos poco, nos revuelve las tripas y pone bajo sospecha a toda la clase política, aunque todos sepamos que la mayoría están limpios como agua de manantial. 

Hace diez días escasos el Presidente del Gobierno afirmaba que “El humor es clave para mantenerse en este negocio”. ¡Hay que reírse, pues! Fue Rajoy quien lo dijo, y no Duke: “Negocio”, que ha dado, y sigue dando, pingües dividendos a una pléyade de personajes del mundo sindico-político-empresarial, muchos ya conocidos y otros en el anonimato. De momento. Mientras que la temperatura de cabreo e indignación sube en la calle entre los ciudadanos, obligados, cada día más, a apretarse el cinturón y a pasar calamidades para poder seguir viviendo con un mínimo de dignidad. 

Si el asunto sacado a la luz pública con los papeles de la doble contabilidad del P.P. es verdad, resultaría ser el mayor escándalo de nuestra podrida democracia, y si no lo es -aunque tiene visos de alguna certeza- los autores de la confabulación deberían de pasar por la guillotina, pero ya. La alarma ya la han disparado ellos, y son ellos quienes tendrán que desactivarla porque el pueblo está ya muy cansado de verlas venir y llegará un momento en que explote, que haya un estallido social y esto se vaya al carajo, si es que no se ha ido ya. Lo malo es que, a estas alturas, no se vislumbra quién va a ser el que le ponga el cascabel al gato. Quema demasiado. 

Imágenes de Google

No hay comentarios:

Publicar un comentario