Llevamos unos días sin aparecer por estas páginas porque mi amigo está algo triste y muy indeciso. Entre tantísimos temas que hay para opinar cada día todos huelen a crisis, a corrupción, a recortes…, a un futuro negro como nuestro carbón. Duke no se inclina por nada, y así estamos. Casi nada vale ya la pena si lo que perseguimos es ser novedosos y no incidir reiteradamente en las mismas cuestiones, las de siempre. Hasta que de forma sorpresiva e inimaginable se levanta una brisa de esperanza. Aire nuevo de frescura, de buena voluntad, de deseos de infundir ánimos a las gentes que entran en el otoño de la desesperanza, sin visos de asistir a la llegada de una nueva primavera. María Fernández, nuestra flamante alcaldesa, la de todos y cada uno de los langreanos, ha renunciado a su paga extra de navidad. Lisa y llanamente, sin trompetas ni clarines, para solidarizarse con su plantilla que ha visto mermada su soldada y para poner esos dineros al servicio de aquellos que más lo necesiten. Como no podía ser de otro modo, la concejal de Servicios sociales la ha secundado en el gesto. Y lo ha hecho para decir a todas las familias langreanas que pueden contar con su primer edil, que aún hay un resquicio de esperanza y que ella misma será quien dirija nuestro regreso al futuro.
Hermoso y loable gesto el de María. Nadie, ni nada, la obligaba ni compelía a llevarlo a cabo, y tomó esa generosa decisión fruto, sin duda, de las circunstancias y de una seria reflexión desde sus responsabilidades como gobernante. Muchos pensarán que a dónde vamos a llegar con el producto de esa renuncia, con dos o tres mil euros, o los que sean, y Duke responde a quienes así piensan que de algo servirán, que alguna necesidad satisfarán y, sobre todo, que a María, que es su legítima propietaria, le podrían valer para pasar unos días como una reina en el Caribe o en Pola del Tordillo, donde olvidarse de crisis, recortes y problemas municipales, que los hay. Y muchos.
No se trata, por tanto, de una renuncia sino de una donación pura y simple. Tendrá que declarar ese dinero que no va a cobrar porque Hacienda sí que no renuncia a nada. De manera que los langreanos deberíamos de poner en su justo valor este gesto y comprender que no se trata de un brindis hacia la galería sino de un acto de buena fe, de coraje político digno de elogio y admiración. Así lo creemos Duke y quien suscribe. ¡Ah!, y nos importa un comino lo que piensen los que siempre están a la crítica.
Imágenes de Google
No hay comentarios:
Publicar un comentario