martes, 29 de noviembre de 2011

MUCHOSCIENTOS MIL MILLONES DE MORTADELOS

La situación de las finanzas italianas
Algunos corsarios de las finanzas deben de estar dándose la gran vida, y no precisamente en montañas lejanas ni en desiertos remotos. No se si lo oí, o es que lo soñé. Recién llegado al gobierno trasalpino el Premier, Mario Monti, ha empezado a negociar con la mandakari del FMI, Christine Lagarde, un crédito de seiscientos mil millones de euros. Según él, solo para hacer boca, mientras empiezan a hacer efecto las medidas de ajuste adoptadas la semana pasada. Tres veces lo que -si se portan bien- la UE dará a los griegos. ¿Están locos estos romanos? Lo cierto es que, día tras día y a medida que suceden los acontecimientos de esta serpiente de la “Crisis de Deuda”, nos encontramos con noticias cada vez más espeluznantes. Seiscientos mil millones, o lo que es lo mismo cien billones de las antiguas pesetas, o mi presupuesto del mes para tabaco. ¡Cágate lorito!

Esto es lo que los italianos conocen como un gobierno de técnicos. Unos señores que sí saben sumar y que, nada más llegar, han descubierto el enorme agujero de las finanzas ítalas, y que han calculado al milímetro lo que costará el descosido. Y, claro, no acuden a la UE, ni al Banco Central Europeo porque ya no hay viruta. De manera que hay que ir a donde sí la hay, ¿o no? Para esto fue más listo Zetapé que fue a pedírselo a los chinos, que son los que manejan. Porque, vamos a ver: ¿pa qué quier Monti tantes perres? Pa arreglar el Coliseo romano que-i falten piedres no ye, y pa rellenar el charcu donde se hunde Venecia tampoco… Ye pa mandar la bota al zapateru a ponéi espais y medies sueles, que anden descalzos como Carpanta. Pues eso, ese fortunón es para pagar los intereses de la deuda y la deuda en sí misma, para forrar aún más a los mercados, a los árabes, a los cariocas, a los chinos y a la madre que lo parió.

En estas estamos, queridos lectores. Pidiendo pasta a troche y moche mientras el tándem Merkel-Sarcozy, se besan y se reúnen, y vuelven a besarse y reunirse, a ver si arreglan y ponen coto a este tremendo desbarajuste económico que vive el viejo continente. Proponiendo continuos trasvases de dinero que acaban siempre en los mismos bolsillos. Porque, ya les dije en una ocasión, el dinero no se destruye, sólo cambia de manos. Y créanme que ya es difícil que los inventores de la “pasta” tengan que andar buscando por fuera los ingredientes para comerse una triste pizza romana, napolitana o tordillense, igual da. La tercera economía de la zona Euro, oigan. Nosotros que somos la cuarta, según dicen, iremos detrás de ellos por muy buenos propósitos que tenga Mariano y Cía. Duke recomendaría al próximo gobierno popular que cojan turno ante la puerta del FMI antes de que a estos también se les termine la viruta, que nuestra piel de toro necesita un buen encurtido. Y si no, nos aliamos con griegos, lusos e italianos y, como en la antigüedad, invadimos Germania, las Galias y lo que haga falta. A bárbaros no nos gana nadie. 

Imágenes de Google

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