El Cupo vasco.
Cansados que estamos del asunto catalán tras unos cuantos
meses con la milonga del referéndum y la independencia cuando llegan los vascos
y meten al resto del país, Cataluña incluida, en un debate que traerá cola
durante las próximas semanas. En realidad no es Euskadi quien suscita el
debate, sino el propio gobierno central porque, por aquello de contar con los
apoyos que les restan para poder sacar adelante los Presupuestos Generales, han
consentido en rebajar las cantidades que esta comunidad paga al estado por la
prestación de los servicios correspondientes a las competencias no transmitidas
y ello durante cinco años. La nadería de 950 millones de euros. El cupo del que
sólo gozan los territorios forales entre los que se encuentra el País Vasco y
Navarra, aunque en este caso se le llama “concierto”, pero que tratándose de un
desembolso económico de estas comunidades, se les reduce sensiblemente a los
primeros para contar con sus votos en Parlamento a la hora de dar vía libre a
la norma más importante del año legislativo, lo que añadido a que tienen toda
la competencia impositiva, de establecimiento y recaudación, tiene al resto de
comunidades autónomas que montan en globo. Hasta a los gallegos, que son de la
misma vaina.
Por ello no es de extrañar que hasta el mismo líder de C,s.,
Albert Rivera, se haya molestado con el ministro Montoro en la sesión plenaria
que al efecto se celebró hace quince días, denominando la operación como “El
Cuponazo” (que les tocó a los de la txapela), cuando presumiblemente su mismo
grupo parlamentario también apoyará los presupuestos. De ahí que la gente
siempre afirme aquello de que la política no es más que la ciencia del
mete-saca, cuando unos ponen otros
reciben, y viceversa. Pero siempre con los dineros de Juan Español, que es
quien pagará este cambio de cromos. Verán como el importe del menguado cupo
vasco nos lo sacarán a los ciudadanos de alguna forma.