Un
año más vuelves a Langreo en busca de tus recuerdos, de tu
memoria. Decías en tu pregón que los emigrantes estáis sedientos
de vosotros mismos. Explícame eso.
Los
caminos de la vida, de alguna manera, se bifurcan. La memoria se
llena de niebla y a veces uno no sabe bien de dónde viene, y el que
no sabe de dónde viene no sabe a dónde va. Yo siempre digo que
quien no cuida de las raíces no deja a las ramas crecer, entonces
para que las ramas crezcan, sea esto en Buenos Aires, en San Pablo o
en Málaga, tenemos que tener muy claro cuáles son nuestras raíces,
por eso siempre digo que los emigrantes que tenemos la suerte de
poder volver, venimos a eso, a recordar quienes éramos para
continuar siendo lo que somos hoy.
Alguien
me decía que el verdadero emigrante es el que no puede volver a su
tierra. Tú que vuelves todos los años, ¿te consideras emigrante
en ese sentido?
Hay
gente que piensa que el emigrante es aquel que de alguna manera fue
expulsado por su propia tierra. Yo, sin embargo, creo que el
verdadero emigrante es aquel que tuvo que incorporar dentro de sí
la cultura de otro país. Hoy en día hay muchos tipos, los que
trabajan en empresas multinacionales, que hoy trabajan en un país y
mañana en otro. Son los que llaman expatriados, aquí no se como
les llamarán…; y hay mucho tipo de emigrantes porque el mundo se
está haciendo cada vez más pequeño. Aquello que nos decían de
pequeños: “Oye né, ¿de dónde yes?”, eso es la semilla de tu
alma, está en una cajina, como la caja de Pandora. Yo siempre digo
que la caja de Pandora lo que guarda es un espejo que cuando la
abres te ves a ti misma. Hoy en día todos somos emigrantes, sólo
que algunos tenemos la capacidad de volver. Yo creo que el emigrante
de hoy es capaz de abrir la caja y de mirarse en el espejo.
¿Qué
pedazos de la historia te quedan aún en el olvido?
Cuando
hice el pregón de San Pedro, los recuerdos que yo conté, que eran
mis recuerdos, hicieron despertar la memoria de la audiencia. Cuando
había hablado de la lechera y el panadero, vino un chico que yo no
veía hace muchísimos años y me dijo: “te olvidaste del
barrendero”, y, evidentemente, el barrendero es el recuerdo de él.
Los recuerdos sirven para que otros destapen su propia memoria. Yo
creo que la vida es como una espiral y, de alguna manera, te va
devolviendo siempre a las mismas situaciones como si quisiera que
las solucionases, y si no lo haces estás condenado a volver a ellas
de nuevo. Es posible que existan memorias que están olvidadas, y si
lo están estoy segura que volveré a encontrarme con ellas.
Hace
muchos años que descubriste que tras las montañas había más
horizonte. ¿Qué es lo que has descubierto tras las montañas?
Hace
tiempo que también descubrí que visto desde el otro lado ocurre lo
mismo. En algún momento de mi juventud, coincide con poco antes de
irme a estudiar a Madrid, no valoraba nuestros conocimientos,
nuestra cultura; entonces lo de los otros siempre era mejor, era
mejor estudiar en Madrid que estudiar en Oviedo, hasta que me di
cuenta que visto desde el otro lado es igual. Lo que descubrí
detrás de las montañas fue a la Yolanda por dentro, cómo es la
Yolanda real. Cuando vi que siempre estaba rodeada de gente me di
cuenta que era muy difícil estar sola contigo misma, me costó
mucho pero me convertí en una gran amiga mía.
De
Madrid a Sao Paulo, Ohio, de nuevo a Sao Paulo y, recientemente, a
Buenos Aires. ¿Con qué te quedas?
Con
todo, no renuncio a nada. ¿Dónde viviría?... Mira, San Pablo es
una ciudad dura. Recuerdo, hace muchos años, haciendo un reportaje
sobre la industria automovilística un ejecutivo latino me llevó en
coche hacia las afueras y me preguntó si conducía; ante mi
negativa me dijo “pues decídete porque quien sobrevive en San
Pablo, sobrevive en cualquier ciudad del mundo” San Pablo es una
ciudad de sobrevivientes que la amas, después de mucho tiempo,
porque la conquistas de alguna manera. Yo la amo, pero es muy dura.
¿Cómo
se ve Asturias y Langreo desde esas ciudades, desde detrás de las
montañas?
No
voy a decirte cómo se ve desde Madrid porque es casi Asturias. En
Brasil, Asturias empezó a conocerse con Fernando Alonso porque allí
la Fórmula-1 es muy importante. Lógicamente mis amigos conocen
Asturias, la fabada porque la comieron, la sidra, el queso
Cabrales…, ya lo llevé todo, enseñé a mucha gente a hacer
tortilla española… Hay una colonia muy importante de asturianos,
el Centro Asturiano está dentro del Centro Español. Los gobiernos
central, regional y local dan mucha importancia a los países de
cultura hispana. Antes veías bailar danzas asturianas con trajes y
gaitas gallegas. Ahora, este último septiembre, prometieron llevar
ropas asturianas para copiarlas y hacerlas allí, mandar profesores
de gaita desde el Principado. Ya se da más importancia a Asturias
desde hace cuatro años y eso viene del primer campeonato ganado por
Fernando.
¿Es
lo mismo ser socialista en Brasil o en Argentina que en España?. Ya
no te digo que en Ohío.
No. Esta es una sociedad más igualitaria, aquí el noventa por
ciento de la población somos clase media, todos vamos a los
restaurantes, enviamos a los chicos a los colegios, todos vamos de
vacaciones… Allí no, es una sociedad de grandes contrastes,
tienes gentes que están a un nivel muy, muy inferior. Tienes gente
que vive en las favelas, en las chavolas, que son de derechas, es
como el mundo al revés. Yo fui empresaria en Brasil, tuve una
“boulangèrie” (boutique de pan), tenía treinta y tantas
personas trabajando, y me costaba darle una bronca a un trabajador.
¿Cómo a mí, socialista, podía ocurrirme esto con aquellas
gentes?. Tenía sentimientos contradictorios, cosa que en España no
me ocurre.
Pregunta
tabú, no quiere decir lo que parece: ¿Dónde te gustaría morir?.
Es
algo que pienso hace mucho tiempo. Cuando llegué a Brasil siempre
dije: “yo nací en España pero sé que voy a morir en aquí en
Brasil”. Hoy le digo a mi marido (frunce el ceño y lo dice como
gimiendo) “yo quiero morirme en mi tierra”. Mi doble
nacionalidad, que la tengo, es mas cerebral. Amo aquello pero, por
lo menos en mi caso, cuanto mas viejo se hace uno quiere estar con
gente con la que, de alguna manera, tenga cosas en común. Cuantos
más años vas cumpliendo más te acuerdas de la infancia. A mí me
gustaría ser vieja así.
Hablando
de eso, ¿hay algo después de la muerte?
Yo
soy muy espiritualista. En algún momento todo el mundo tiene alguna
percepción de que hay algo más, algo que está por encima de la
compresión. También Einstein decía que había cosas que él no
comprendía y que había una inteligencia superior…, y yo que soy
del Barrio Urquijo no voy a ser quien le contradiga. Sí, creo en
algo más, que puedes llamar como quieras, que para mí es, como
cuando era pequeña, el papá y la mamá del cielo.
Decías
también en tu pregón que “los recuerdos se eternizan en la
infancia”, ¿qué añoras de aquella guajina que fuiste y que,
dices, aún vive dentro de ti?.
No
añoro nada porque la llevo conmigo siempre. Me miro al espejo y veo
como la sombra de Yoli dentro de las arrugas. Pero si tuviera que
sentir nostalgia de Yoli, sería su profundidad. Era una niña muy
introspectiva que vivía muy hacia adentro , que le encantaba leer,
le encantaba hablar…, hablaba durmiendo sobre la existencia de
Dios. Es una niña que después quiso ser muy animada, que fue la
que tú conociste, y más tarde hubo un reencuentro entre las dos.
También
decías que los años transitan por la memoria como en una espiral…,
donde se mezclan”. Fuera de aquí, ¿cuáles fueron los mejores
momentos de tu vida?.
Con
certeza, ahora es el mejor momento que estoy viviendo porque si te
dijera que fue ayer o será mañana. perdona la expresión pero,
jodida estaría. Una persona que piense así poco aprovecharía en
la vida, y no vive. En este momento es la entrevista que mantenemos
porque estamos sacando cosas jugosas, disfrutando de hoy y de ayer y
proyectándonos para el futuro. Pero si quieres que te cuente
momentos que fueron importantes a lo largo de mi vida, te diré que
el trabajo, acabar en la Facultad más que comenzar, el día que
decidí irme para Brasil, y no porque fuese maravilloso porque fue
asustador para mí, el día que tuve que coger el avión que, como
decía aquel gallego, “tenía los congojos aquí (señalando a su
garganta)”, y el día que nació mi hija y le vi la sonrisa,
aunque no soy llorona, aquel día lo lloré todo. El ser madre es
una cosa muy importante, más que el ser periodista. Y el día que
dije sí a mi marido, cuando nos casamos, en ese momento cuando te
lo preguntan estás fuera de la realidad, puedes decir cualquier
cosa…, no se vosotros.
¿Tus
amigos de aquí, te guardan fidelidad?
Uff…
en Madrid tengo amigos que veo todos los años cuando voy a casa de
mi hermano. Aquí en Langreo no veo a casi nadie. Antes venía y me
encontraba con mi padre, con mi madre cuando estaba viva, con mis
hermanos, y de repente me encontré con otro amigos que eran los de
mi hermano menor, aquí de repente soy amiga de gente diez años
menor que yo. Ahora también tengo a los “Langreanos en el mundo”
de aquí.
Aunque
ya me has perfilado aproximadamente lo que hiciste, en tu dedicación
al periodismo habrás entrevistado a personajes importantes. ¿Qué
me dices de eso?
El
personaje que más me gustó entrevistar fue a Fernando Enrique
Cardoso, que fue presidente de Brasil desde 1994 hasta 2002. Es
inteligentísimo y encantador. Otro personaje fue Andrés Montoso,
ya fallecido, que fue gobernador del estado de San Pablo.
¿Una
noticia que hayas investigado y/o publicado?
Sabes
que unos de los problemas de Brasil es la falta de viviendas.
Estaban haciendo casas con material reciclado con buena calidad pero
de bajó precio, lo estaban investigando algunos científicos. Hice
un trabajo sobre ello y fue algo que me satisfizo. No me acuerdo de
haber hecho nada tipo Wathergate ni nada parecido. Al trabajar como
corresponsal, mi relación era fundamentalmente con sindicatos y
partidos políticos, sobre todo en educación Aquí hice algo
importante sobre los niños de la calle y sobre centros de recogida
y familias alternativas.
Aquí
en España estamos muy acostumbrados, no se lo que ocurrirá en
Brasil o Argentina… ¿Existe el periodismo carroñero?
Los
periodistas tenemos mala fama. Tampoco me gusta tirar piedras sobre
el propio tejado, pero yo pienso que el periodismo es un negocio
como cualquier otro y todos los periódicos tienen una tendencia u
otra, todos venden un tipo diferente de prensa. La noticia es un
producto, esos periodistas de las películas antiguas ya no existen,
ahora hay vendedores. La noticia de hoy es un producto que vende o
que no vende, y si no vende no se publica. Lo que te piden los
directores son productos, noticias que sean vendibles, sean las que
sean.
Hablemos
de Langreanos en el Mundo. Has participado en los actos celebrados
en el mes de Julio. ¿Qué opinas de esta asociación y de su
proyección en el futuro?
Tenemos
dos chicas de peso a nuestro lado (se refiere a Lorena Jiménez,
residente en Dresde, que gestionó la cesión de un “Texu”
alemán plantado en el Parque Nuevo de La Felguera y a Aída, recién
incorporada a la Asociación para temas de protocolo), sin hablar de
los chicos. Más proyección que esta es imposible, preparadas, con
una carrera y hablando tres o cuatro idiomas desde bien jóvenes. Lo
que “Langreanos” me supuso a mí personalmente fue aproximarme a
Langreo, porque yo venía aquí a ver a mi familia, y de repente
“Langreanos” me devolvió a mi pueblo, eso para mí fue la cosa
más grande que me pasó en los últimos años.
¿Afecta
mucho la crisis económica al cono sur americano?
Creo
que afecta mucho más a Argentina que a Brasil. Se dice que quien
más lo sufre es Europa, también que Brasil puede empezar a salir a
partir de 2010. Sin embargo Argentina no lo sé porque es muy
complicada, es un tema a parte y se calcula que será en 2012. No
soy economista y es lo que leo en las prensa (así y todo me hace un
repaso sobre la situación bursátil de antes y después en los tres
países).
Yo
creo que todos tenemos un lado oscuro, que no queremos enseñar a
los demás. Si tuvieras que decir algo en voz alta, algo que nunca
hayas dicho, ¿qué sería?. Es una pregunta trampa.
Llevo
muchos años trabajándome por dentro, tengo muy claro que el
equilibrio está en la luz y en la sombra. Si voy a un desierto y
tengo que pegar un gritu…, pues no tengo ni puta idea de lo que
diría, depende del momento. Hasta ahora, lo que voy teniendo, lo
estoy solucionando día a día. Mi color es el blanco, entonces
tengo todos los colores dentro de mí (y echa una sonora carcajada).
Quien tiene mucha luz, tiene mucha sombra, no tienes más que ver el
sol. Solo una cosa: tengo mala hostia, si alguien me pisa el callu,
yo grito.
Algo
que siempre pregunto, sobre todo si se trata de una mujer: La
violencia de género, ¿es allí menos virulenta?.
Sí
existe violencia, pero allí en San Pablo hay lo que llaman
Delegaciones de la Mujer que tratan el tema.
¿Cómo
son unas navidades en Brasil o en Argentina?, ¿cómo son en pleno
verano?
En
Argentina aún no he tenido tiempo a verlo. En Brasil me cuesta
mucho el darme cuenta de que son navidades, aunque llevo muchos años
no consigo acostumbrarme a que sean en verano en la piscina,. Me
gustan más las de aquí, en frío y en familia porque volviendo a
lo que siempre dije son los recuerdos que siempre tuve de la niñez.
Allí vamos a la playa, ponemos velas y flores y saltamos las siete
olas para traer la buena suerte (no se comen uvas), es el homenaje a
la Diosa del Mar (El Emanyá).
¿Qué
es lo que más te apetece hacer cuando llegas a Langreo?
Independientemente
de mi familia, lo primero que hago cuando llego a Asturias es tomar
la botellina de sidra. Con certeza, tomar la botellita de sidra es
fundamental.
Por
último, cuando habitualmente eres tú quien entrevista, ¿cómo te
has sentido en ésta?
Hemos
charlado y tanto me has conocido a mí como yo a ti. Ya cuando nos
vimos el sábado pasado creo que ambos nos dimos cuenta de que ya
somos amigos y después de esta entrevista yo creo que más amigos
todavía, ¿eh?