miércoles, 25 de noviembre de 2015

JOTAS Y SINDICALISTAS



El problema de las carnes



Tengo algunos amigos en esto de la medicina. Algunos con especialidades rares, como eso de ser Diretora de salú de la OMS. Otros, sin embargo, lo son en aparato digestivu, respiratoriu o del celebru de la quijotera. Mira tú si el Dotor N., expertu en les coses del bandullu, no habrá visto y operáo intestinos y colones en su vida profesional. Pues resulta que vilu haz media hora y preguntome en que taba trabayando Duke, y como ustedes habrán pensado cómo podía ser posible, con su gusto y olfato, que Duke se haya sustraído a este tema, yo respondí con otra pregunta: “Oye, amigu, ¿a ti cómo te va con eso del jamón y del chorizu?, ¿o tú cuídeste según les últimes normes de esos que vos gobiernen en el mundo?”. Y, con media sonrisa y media -propia de los de su profesión- me contestó que de vez en cuando le gustaba mucho dar buena cuenta de una tabla de esas exquisiteces. “Mejor un tablón”, me dijo. La verdá ye que no tenía tan a mano pa preguntaí a la Dotora N., porque ella anda por ahí por to los países, en conferencies y tinglaos, pero acordeme que en alguno d’esos eventos en que coincidimos no-í hacía ningún ascu a les tables del Dotor N. Bueno, que eses partes de los gochinos, que los que saben d’esto califiquen con una o más “J,s” (que suden tanto que parez que acaben de correr la maratón de N.Y.), tan pa morise. Y los embutidos del mismu lao, o de otru -ésos que un amigu míu llama “sindicalistas”-, ¿pa qué te voy contar, Marce? No tienen na que ver con los políticos de hoy en día.
Evidentemente cuando a los ambos Dotores N. (pura coincidencia) les agasajan con motivo de conferencias y congresos por esos mundos de dios no les van a dar una lata de mejillones o una tapa de aceitunas, que va. Las mejores delicias gastronómicas. Entre ellas las cinco Jotas de Guijuelo y los más extraordinarios sindicalistas. Todo lo que no dan a Duke cuando le invitan a eventos locales d’aquí. ¡Claro, Duke no ye un dotor de la importancia de los N.! El mí amigu médicu terminó diciéndome que nunca encontró un resto de esos productos cuando operaba una tripa, y que él disfrutaba más interviniendo sobre una tabla d’eses que estamos hablando. Y, cuando nos despedimos, quedé pensando que debo de tar haciendo un tumor chorizujamoneru de la de su madre. Duke queda en fandango.

viernes, 20 de noviembre de 2015

LANGOSTAS



Fabulando sobre el terrorismo



Es una de esas mañanas otoñales en las que da gusto pasear bajo ese sol casi pegado al horizonte, ese sol que nunca más volverán a ver las víctimas de los atentados de París pero que, en cambio, sí continúan contemplando sus verdugos. Y en ese paseo, con Duke y sus pensamientos por toda compañía, vamos cavilando sobre cuáles serán los próximos acontecimientos. En estas nos viene a la mollera algo metafórico. Podríamos decir una parábola. Piensen ustedes que, al lado de su casa, tienen una finca de su propiedad donde han plantado todo tipo de hortalizas. Ya saben, ajos, cebollas, guisantes y, quizás también, alguna maría (por aquello de “entre col y col, lechuga”). Una plaga de langosta ha empezado a hacerse dueña de la finca y a acabar con el sembrado. ¿Qué hacer? Llevan ustedes un tiempo pensando en la posible solución, en la forma de acabar con la plaga. ¿Fumigan o utilizan otro remedio?, y en este último caso, ¿cuál? Estos bichos no entienden, con ellos no cabe la diplomacia, la negociación. De manera que, cuando aún quedan algunas plantas en pie, se deciden a exterminarlas con veneno aún sabiendo que ese fumigue puede también perjudicarles a ustedes. De igual forma convencidos que, aunque acaben con esa plaga, las langostas seguirán existiendo y, conociendo el camino, volverán, con seguridad. Si no son de esa especie, serán de otra. Con sus vecinos, temerosos también, deciden buscar el origen de los insectos. Saben bien de dónde proceden, como también saben que los hay diseminados por otros lugares y que procrean de forma constante e ininterrumpida. Pese a ello, porque no hay manera de negociar con ellos, van en su busca provistos de cantidades industriales de veneno y dispuestos a gastar lo que sea con tal de eliminarlos. Mientras tanto, alguno de sus vecinos ya ha recolectado y ha cerrado sus huertos, las ventanas de sus casas, y han suspendido alguna visita de amigos que ya había sido concertada tiempo atrás. Algunos de ellos se oponen a la acción de exterminio por razones variadas y pensando en lo que las plagas supusieron en su historia.
En estas estaba cuando terminábamos el paseo y un gran nubarrón eclipsó al astro rey. Otro día seguiremos pensando en una solución.

Marcelino M. González

miércoles, 18 de noviembre de 2015

IMAGINA



Sentimientos parisinos



Hacer belleza, realzar los sentimientos, rendir un último homenaje a las infortunados a quienes el destino quiso llevar allí cuando los locos decidieron sembrar el horror llenando de cadáveres el centro de la ciudad de la luz. “Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros, y el mundo será uno solo”. De toda la tragedia que causaron los asesinos descerebrados en la noche parisina del viernes, 13 de noviembre, ese será mi recuerdo para el futuro. En la noche de la incredulidad, del pánico y el temor en todo occidente. Era sábado, el día después, y un hombre, conduciendo un ciclomotor, se dirige hacia las inmediaciones de la sala de fiestas donde habían sido asesinadas más de ochenta personas, jóvenes en su mayoría. Transporta un piano sobre un remolque enganchado a su moto. Se para frente al infausto lugar, descarga el piano y comienza a teclear las bellas y tristes notas de su particular “Imagine”, la canción estandarte de los pacíficos, el himno internacional de la paz. Y los ciudadanos que están allí, en silencio, colocando ramos de flores y velas encendidas en un sentido acto de recuerdo a las víctimas, se paran y escuchan con recogimiento la hermosa melodía interpretada por un anónimo desde lo más profundo de su ser. “Nada por lo que matar o morir, ni tampoco religión. Imagina a todo el mundo, viviendo la vida en paz”.
John Lennon, víctima también de la locura y la sinrazón ya hace casi 35 años, se habrá regocijado con esta escena desde su celestial paraíso. Como también lo habrá hecho contemplando a los espectadores del Estadio parisino donde se jugaba un amistoso entre franceses y alemanes, público que de forma espontánea comenzó a entonar “La Marsellesa”, su himno nacional. Lo mismo que hizo de manera improvisada Plácido Domingo en un teatro de la Gran Manzana. Lo mismo que hicieron millones de personas en todo el mundo, expresando de alguna forma que ellos también estaban en Pataclán. Como hace once meses eran Charlie Ebdó, ante la anterior locura de los malditos asesinos. Mientras unos adjudican responsabilidades, otros se reconfortan con esto. Con un hombre anónimo sentado al piano. “Imagínate a todo el mundo, compartiendo el mundo…”. (John Lennon).

PROVISIONALES



La futura desconexión catalana



A estas alturas de la película no nos cabe ni la menor duda de que el tiempo está corriendo a favor de los independentistas, y ellos están haciendo todo lo posible para que así sea. Incluido violentar las normas, como lo han hecho el pasado martes al reunir a la mesa de portavoces del Parlament sin estar constituidos todos los grupos parlamentarios. Los constitucionalistas han anunciado que, cada uno por sí y también en conjunto, presentarán sendos recursos ante el Constitucional, sabiendo que con ello no paralizarán ni lograrán la anulación de la resolución que recurren porque ello no entra dentro de las atribuciones del alto tribunal si no es invocado por el propio ejecutivo. Por tanto, ayer lunes, hubo un Pleno en que se decidió el principio del despegue. El inicio de una República Catalana, y muy posiblemente el acto de investidura del nuevo presidente o presidenta.
Los acontecimientos se están desarrollando con más rapidez de lo que en principio estaba previsto. Mientras tanto, parece que en Moncloa no hay tantas prisas. Rajoy convoca y se reúne con los líderes de los partidos de oposición, con sindicatos y patronal para llegar al acuerdo de defender la Unidad de España. Y para de contar. El presidente ha querido rodearse y cargarse de razón en su postura aunque el resto de grupos disientan en algunos términos como pueda ser el tipo de estado y, en consecuencia el cambio constitucional, y otros insistan en que llegó el momento de sacar la artillería jurídica, refiriéndose claramente a la suspensión de la autonomía a que hace referencia el famoso artículo 155 de la Carta Magna. Caso de Herzog de UPyD, que ya ha tomado cartas en el asunto a través de una querella.
Así las cosas, y con el gobierno a la espera de que el contrario mueva ficha, presentimos que algún as se están guardando en la manga unos y otros. Es esta una lucha de estrategias, una batalla incierta sobre el tablero de ajedrez de esta piel de toro de cuyo resultado -también incierto- no tardaremos en tener noticias que, mucho nos tememos, no serán buenas para unos ni otros y, en consecuencia, tampoco para los españoles, catalanes incluidos. Son conclusiones provisionales que esperamos no tener que elevar a definitivas.

martes, 3 de noviembre de 2015

INDECISOS



Comienzan las dudas

Cuando éramos infantes, de aquella, hace decenios era muy frecuente que alguien nos preguntara si queríamos más a papá o a mamá. No se si les pasaría. Eso fue antes de que se inventaran las encuestas de población activa y la de su madre. Por entonces, ante el aprieto, contestábamos que los queríamos a los dos por igual, aunque siempre había algún cabritu que decía que quería más a so güela o a Marilyn Monroe, pero hoy no. Hoy, o te decides o yes un indecisu d’esos a los que yos pide el votu tu dios, sea de izquierda, de derecha o mediopensionista. El otru día vi en una red social  una pregunta que cuestionaba si prefería cambiar la hora o de gobierno, ahora que tenemos hora nueva y gobierno vieyu, y yo dijéi al que puso eso que si prefería cambiar de coche o de pareja. Debe tar pensándolo tovía porque no me contestó. Pero como el que calla otorga, según la sabiduría popular, seguro que esti fulanu -o esta Maripuri- prefieren un buga nuevu, de paquete, que una muyer o un paisano recién llegáos que lo más seguro ye que te salgan rana. O sapu. De ahí que Duke piense que va ser mejor cambiar la hora porque dentro seis meses vuelves poner el reló en su sitiu y, en cambio, pa cambiar el gobierno tienes que esperar cuatro años. Porque a éstos, como a los otros que puedan venir, no los mueve de onde tan ni una grúa del Afeitáu.
De manera que, a la vista de estos antecedentes, con tantes encuestes que anden encuestando por to los sitios de la multigeografía política de aquí, va a ser mejor que todos nos volvamos indecisos y, cuando nos pregunten si preferimos a Sánchez, a Rajoy, a Iglesias o a Rivera, contestemos que no somos de aquí, ni de allí, sino todo lo contrario. “Que luego vas y lo cascas, macho”. O, alternativamente, le preguntemos al pavo, o la pava, si ye tontu, bobu o gilipollas. Y rematar con aquello de “a ti te lo voy a decir, pa que luego me metas en una porción del quesito”.
Ahora que muchos de los que estaban en un partido y se pasaron al contrario están optando por cambiar de nuevo al anterior -caso de Irene Lozano-, o a otro que vean con más posibles para seguir “tocándose los cojones”, que diría uno, o en el “candelabro”, que diría la otra, ahora es el momento en que llegan los encuestadores pa adelantar acontecimientos. Pues no, coño. Ya lo sabréis el 20-D, que ahora toy indecisu.